
Psicom Psicología
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Que una persona sonría a menudo o haga muchas cosas no dice absolutamente nada sobre su verdadero estado psicológico. Mucha gente domina el arte de llorar por dentro.

En la lealtad cuando se cruzan los límites y se pone en juego el bienestar, todo se quebranta.

El tipo de pareja que elegimos es proporcional al amor que nos tenemos.

Lo aprendido no es esencia. Es historia. Y como tal, puede reescribirse. Siempre hay oportunidad de cambio.

Cuando alguien te demuestra que no está a tu altura emocional, lo más sano no es discutirlo, es aceptarlo.

Por muy buena "actitud" que pongamos al afrontar las cosas, estas seguirán doliendo lo mismo. Muchas veces, la clave está en aceptar que el miedo o el dolor son inherentes a muchas cosas, y que tendremos que seguir caminando aunque estemos cagados de miedo.

Elige bien con quién compartes tu vida. No se trata de que tenga millones, sino de que tenga mentalidad de proveedor: alguien con responsabilidad, presencia y compromiso. Un hombre que no espere que le recuerdes tus necesidades, sino que las anticipe porque le importas. Que esté a tu lado por decisión propia, no por obligación. Mereces a alguien que te haga sentir segura, emocional y mentalmente. Que tenga carácter, te apoye, respalde y no te haga sentir que pedir amor o cuidado es una molestia.

La depresión te dice “no te levantes” y la ansiedad te grita “hazlo todo ya”. Vivir entre ambos es como estar atrapado entre el freno y el acelerador al mismo tiempo.

NO TE SIENTAS OFENDIDA. - Si alguien te quiere herir, observa el dolor que oculta. - Si alguien te quiere mentir, observa el vacío que guarda. - Si alguien te quiere traicionar, observa la soledad que carga. - Si alguien se burla de ti, observa los traumas que encierra. - Si alguien te menosprecia, observa cuán grande es su miseria. - Si alguien te envidia, observa su frustración interna.

No eliges a tus padres, ni a tus hijos, ni a tus suegros. Pero hay un vínculo familiar que sí puedes elegir: tu pareja. Que sea una decisión consciente, no un refugio de soledad