El domingo se vuelve a jugar el Clásico más pasional del país. Ese que despierta el mayor morbo de todos los futboleros. Para nosotros es, y debe ser siempre, El Partido de todos los Partidos, un Campeonato de un día. Se juega con el alma, unidos, solidarios, máxima concentración, con más hambre que nunca, estando en cada detalle, comprometidos como si fuera el último. Y sí, para nosotros también conlleva la mayor responsabilidad. Como sucede en el Clásico de Turín en que la Juventus sabe que en su naturaleza está tener que salir a ganarle al Torino donde sea. O como en el Clásico de Cataluña, en que el Barcelona enfrenta al Espanyol asumiendo que es el club grande contra el chico, o como el Liverpool en el Derby de Merseyside que va convencido en que su historia le impone llevarse por delante al Everton. Humildes siempre, prohibido subestimar al rival, pies en la tierra, pero sin esquivarle jamás a ese deber de grandeza. Salimos decididos a comerlos, sea en mesa propia o ajena. Después, es fútbol. Pero la actitud mental debe ser esa antes, durante, y después. Ni soberbia, ni piedad. Así llegamos al +19. El Historial, La Paternidad Más Antigua del Fútbol Argentino, se defiende con la vida en cada partido. Nosotros somos Central. Desde el Baby hasta la Primera, La Obligación Siempre Es Nuestra.