¡El problema no es el macro, es la fuente! Parce, la gente hoy en día sigue señalando grupos enteros de macronutrientes como los enemigos! Que los carbohidratos engordan y que son los culpables de la obesidad… Que las grasas son dañinas y que son las culpables de las enfermedades cardiovasculares… Nada más fuera de contexto y lejano de la realidad! Para encontrar la verdad, primero hay que entender el contexto! Aunque dos alimentos puedan hacer parte del mismo grupo de macronutrientes, no significa que ambos tengan el mismo impacto en el organismo. Por ejemplo, no es lo mismo consumir arroz integral que consumir pan a base de harina refinada, y tampoco es lo mismo consumir papa que consumir azúcar de mesa; aunque todos son carbohidratos, los primeros ejemplos son mucho más sanos que los segundos! Lo mismo pasa con el tema de las grasas! Nunca será lo mismo consumir grasas saturadas de mala calidad como la que incluyen muchos productos ultraprocesados, que consumir grasas saturadas a partir de alimentos como el coco, por ejemplo… y eso que, en este caso, no sólo ambas opciones son pertenecientes al grupo de las grasas, sino que ambas son grasas saturadas! De hecho, para aquellos que siguen culpando a las grasas saturadas de las enfermedades cardiovasculares y de diferentes problemáticas, se ha demostrado que no son las culpables (Siri-Tarino., et al., 2010), pero que las grasas saturadas trans, de mala calidad, sí pueden ser dañinas (Souza., et al., 2015). Precisamente por eso no podemos generalizar ni satanizar grupos de macronutrientes! Las mejores opciones siempre serán las que podamos obtener a partir de alimentos reales, con bajo nivel de procesamiento; y aunque incluso, de vez en cuando podamos incluir sin ningún problema alimentos con cierto grado de procesamiento (de hecho, la mayoría son muy ricos), debemos saber que no tendrán el mismo impacto en el organismo y por eso no deben ser la base de nuestra alimentación! El problema definitivamente no son los macros, es la fuente!