*Recuerdos en sombras* Tu mirada solía iluminarse al verme, como si al encontrarnos el sol brillara solo para nosotros, como si cada encuentro fuera una chispa que encendía el día. Quién diría que esos ojos, antes faros en la oscuridad, hoy son un refugio al que temo acercarme. Ahora, lo que antes me llenaba, me duele, me quema. Me encuentro deseando esconderme, evitar cruzar contigo, con esos ojos que alguna vez fueron mi cielo, y ahora son la tormenta que reviven recuerdos borrosos, fragmentos de lo que nunca fue pero que aún pesa como si hubiera sido. Esos recuerdos, esos momentos que se disuelven en el aire como fantasmas, lo que pudo ser y no dejamos ser, lo que la distancia y el silencio construyeron sin querer. Nos quedamos en la orilla de un sueño que nunca llegó a nacer, en la promesa de lo que nunca llegamos a darnos, como si un futuro entero se desvaneciera por un simple error. Y ahora, al verte, solo siento un vacío que se llena de preguntas sin respuesta. ¿Cómo fue que nos quedamos aquí, entre lo que pudo ser y lo que nunca dejaste ser? ¿Cómo se construyen puentes sobre lo que el viento ha derribado sin mirar atrás? Antes, tu mirada era mi refugio, ahora es un abismo que me atrapa cada vez que me atrevo a mirarla. Es un juego de luces y sombras, donde las sombras ganan y me encuentro perdida en lo que pudo ser, en los susurros que jamás se dijeron, en los pasos que nunca dimos. Y aunque sé que todo ha cambiado, que el tiempo ha marcado su huella en lo que éramos, algo dentro de mí sigue anhelando esa luz que ya no existe, esa chispa que una vez encendió el aire y que ahora se ha apagado como una estrella que ya no brilla. Tu mirada solía iluminarse al verme, y yo solía ser el reflejo de lo que pensabas, pero ahora, al encontrarnos, somos dos sombras que ni siquiera se tocan. Quizás nunca lo entendí, quizás nunca lo entendimos, pero lo que no dejamos ser hoy es el espacio en el que ya no cabemos.