24 de Febrero 𝘿𝙚𝙨𝙥𝙪𝙚́𝙨 𝙡𝙡𝙚𝙜𝙖 𝙚𝙡 𝙧𝙪𝙜𝙞𝙙𝙤 𝙙𝙚𝙡 𝙩𝙧𝙪𝙚𝙣𝙤, 𝙡𝙖 𝙩𝙧𝙚𝙢𝙚𝙣𝙙𝙖 𝙫𝙤𝙯 𝙙𝙚 𝙨𝙪 𝙢𝙖𝙟𝙚𝙨𝙩𝙖𝙙; 𝙚́𝙡 𝙣𝙤 𝙡𝙖 𝙧𝙚𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚 𝙘𝙪𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙝𝙖𝙗𝙡𝙖. 𝙇𝙖 𝙫𝙤𝙯 𝙙𝙚 𝘿𝙞𝙤𝙨 𝙚𝙨 𝙜𝙡𝙤𝙧𝙞𝙤𝙨𝙖 𝙚𝙣 𝙚𝙡 𝙩𝙧𝙪𝙚𝙣𝙤. 𝙉𝙞 𝙨𝙞𝙦𝙪𝙞𝙚𝙧𝙖 𝙥𝙤𝙙𝙚𝙢𝙤𝙨 𝙞𝙢𝙖𝙜𝙞𝙣𝙖𝙧 𝙡𝙖 𝙜𝙧𝙖𝙣𝙙𝙚𝙯𝙖 𝙙𝙚 𝙨𝙪 𝙥𝙤𝙙𝙚𝙧. 𝙅𝙤𝙗 37:4-5 Es tiempo de recuperar tu rugido. Hijo Mío, hija mía; quiero escuchar tu voz una vez más. No te creé para vivir en silencio, no diseñé tu espíritu para ser apagado por el miedo, el desánimo o la oposición. El enemigo ha intentado silenciarte, pero Yo he puesto dentro de ti un rugido de victoria. David venció a Goliat y el pueblo gritó. La opresión de 40 días de intimidación fue rota en un instante. ¿Lo ves? Tu voz tiene poder. No fuiste llamado a esconderte ni a retraerte. Es tiempo de desmutearte y hablar lo que he puesto en ti. Rompe las mentiras y suelta tu voz. Las etiquetas del pasado no definen tu presente. No eres tímido, inseguro o insuficiente. Eres valiente, audaz y lleno de Mi Espíritu. El León de Judá ruge dentro de ti. ¡Recupéralo! No dejes que el miedo te amordace. Levanta tu voz en oración, en adoración, en verdad. Suéltalo en un grito de victoria, un grito de guerra, un grito de fe. El enemigo necesita escuchar que ya no puede silenciarte. 𝘿𝙚𝙘𝙡𝙖𝙧𝙖 𝙡𝙖 𝙫𝙚𝙧𝙙𝙖𝙙 𝙨𝙤𝙗𝙧𝙚 𝙩𝙞 Dilo fuerte: "Dios me ha dado un espíritu de valentía. Mi voz es importante y tiene poder." Profetiza sobre tu vida. Ora en voz alta. Adora con fuerza. No es momento de callar, es momento de avanzar. ¡Levántate y recupérate! El enemigo está derrotado, la batalla está ganada y tú estás del lado victorioso. ¡Es tiempo de rugir! 𝙀𝙡 𝙡𝙚𝙤́𝙣 𝙝𝙖 𝙧𝙪𝙜𝙞𝙙𝙤, ¿𝙦𝙪𝙞𝙚́𝙣 𝙣𝙤 𝙩𝙚𝙢𝙚𝙧𝙖́? 𝙃𝙖 𝙝𝙖𝙗𝙡𝙖𝙙𝙤 𝙚𝙡 𝙎𝙚𝙣̃𝙤𝙧, ¿𝙦𝙪𝙞𝙚́𝙣 𝙣𝙤 𝙥𝙧𝙤𝙛𝙚𝙩𝙞𝙯𝙖𝙧𝙖́? 𝘼𝙢𝙤́𝙨 3:8