
Sissi Emperatriz
February 25, 2025 at 08:52 PM
Mañana va a ser un día durísimo por Sissi Emperatriz.
Mañana entierran a Shiri, a Kfir y a Ariel.
Mañana enterramos la última esperanza.
Pero me detengo y me pregunto:
¿No fue ya un día durísimo cuando vimos la entrega de los últimos secuestrados?
Cuando vimos a dos de ellos mirando desde una camioneta cómo sus amigos eran liberados, creyendo que ellos también lo serían.
¿No fue un día durísimo hoy, cuando enterramos a Oded Lifshitz, que hasta el final creyó en la paz con los palestinos?
¿No es durísimo saber en qué condiciones están los secuestrados?
¿No es durísimo cada entierro de un soldado?
¿No es durísimo cada padre que espera, sin saber si la segunda fase traerá de vuelta a su hijo?
¿No es durísimo volver a ver las imágenes del 7 de octubre?
¿No es aún más durísimo que haya quienes no quieren verlas?
Que haya quienes creen, o fingen creer, que no pasó.
Que haya quienes, como la diputada Vanina Biassi, mienten, sostienen que todo fue un invento.
Mañana va a ser un día durísimo,
como lo han sido los últimos 508 días.
Desde el 7 de octubre, los días durísimos se suceden,
uno tras otro, sin tregua.
A veces nos endurecemos.
Nos volvemos piedra.
Nos enfrentamos al mundo, repetimos nuestras verdades,
nos sentimos poderosos.
Nos decimos que si no pudieron con nosotros todos los imperios,
tampoco podrán los antisemitas de hoy.
Pero a veces nos quebramos.
Por ratos.
Lloramos en los rincones,
bajo la ducha,
solos en las esquinas,
con amigos por teléfono.
Mañana va a ser un día durísimo.
Mañana van a enterrar a Shiri, a Kfir y a Ariel.
Y sabemos que no serán los últimos días durísimos de los judíos.
Vendrán otros.
Y un día, dentro de muchos años,
nos sentaremos en un seder,
y nuestros nietos contarán qué ocurrió el 7 de octubre.
Cómo fueron los días que siguieron.
Recordaremos a Shiri, a Kfir, a Ariel,
entre tantos otros.
Haremos lejaim y nos sentaremos a comer.
Porque nosotros, los judíos, somos eso.
Somos los que, en el momento de mayor felicidad, bajo la jupá,
rompemos una copa en memoria del Templo destruido.
Y también somos los que, después de contar la historia del Éxodo,
hacemos lejaim y comemos.
Quisieron matarnos.
No pudieron.
A comer.
Por ahora, quisieron matarnos.
Por ahora, no pudieron.
Todavía no tuvimos tiempo de sentarnos a comer.
Am Israel Chai.
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