'Hola, mi nombre es Milton, y sí, ese soy yo.. Sí, lo sé... Se ve mal. Ese es el momento exacto en el que estoy intentando controlar un balón como si fuera la primera vez que toco uno en mi vida. Pero espera, no te rías todavía, porque esta historia tiene un giro inesperado." "Ahí estaba yo, sintiendo que el suelo y la vergüenza me absorbían. Pensé: ‘Bueno, hasta aquí llegué, seré recordado como el tipo que se cayó solo'. Pero no, amigos. Yo no me rindo." "En un acto de resiliencia futbolística, me puse de pie como si nada hubiera pasado. Y ahí lo vi: mi compañero en el área, pidiéndola a gritos. Sin tiempo para lamentaciones, mandé un centro que ni yo sé cómo salió tan bien." "¿Y qué pasó después? BOOM. Golazo. De pronto, mi caída dejó de importar. En las estadísticas no dice ‘asistencia con previa caída ridícula’, solo dice ‘asistencia’. Y eso es lo que cuenta." "Moraleja: en la vida, y en el fútbol, lo importante no es cuántas veces te caes… sino cuántos centros perfectos mandas después." MILTON CASCO