REFLEXIÓN A LOS TEXTOS DE HOY. Nuestra vida presente es una realidad temporal, tuvo un inicio y tendrá un final, ojalá haya sido desde el amor hasta el amor. Tenemos solo dos caminos para recorrer, el camino del bien o el del mal. El camino del bien nos da la seguridad y la libertad de sabernos en comunión con el Señor, aunque ello implique contraposiciones, desacuerdos, enemistades, persecuciones, sufrimientos de muchas maneras, pero siempre con el consuelo de estar en paz con Dios y con la conciencia misma. El camino del mal, no nos garantiza felicidad plena, a pesar que muchos gocen de sus beneficios a la luz de los hombres, y eso es gracias a que nos sabemos alejados de Dios, incluso tengamos justificado el mal en nuestro corazón, sabemos que estamos siendo injustos con el prójimo y en el fondo sabemos que eso no es agradable al Señor, y para colmo de males, llegamos a apartar la mirada de Dios. La mayor garantía de la materialización de las promesas de Cristo en nuestra vida, es su gloriosa resurrección, y por si fuera poco, el Señor nos da una primicia más humana y mortal, tomo consigo a su santa madre en cuerpo y alma. Nadie como María para vivir los gozos, los dolores, y las glorias de Cristo Jesús en carne propia, por eso ella es la primicia de quienes optan por tomar el camino de justicia, el camino de santidad. Dios nos bendice. 🙏🏼