ㅤ ㅤ 𓉸ㅤ ㅤ⸝ㅤ @𝖾𝗏𝖾𝗇𝗍𝗈 ⸝  ᅟᅟᅟ ⫶ 𝗵𝗲𝗮𝗿𝘁𝘀 *&* 𝗵𝘂𝗴𝘀. ᅟᅟᅟ ⦂ᅟᅟ n/a. ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎       ׄ    ◢     ͏   𝘀𝗮𝗻 𝘃𝗮𝗹𝗲𝗻𝘁𝗶𝗻ㅤ͏ ͏   ׄ    El 14 de febrero, la ciudad estaba envuelta en luces rojas y rosas, con escaparates adornados de corazones y parejas tomadas de la mano en cada rincón. Para Giyuu, San Valentín no era más que un día cualquiera. No tenía planes ni esperaba nada especial. Caminaba por la avenida principal con un café en la mano, disfrutando del aire fresco de la tarde, abrigado con una bufanda y un largo abrigo que le cubría hasta las rodillas, cuando un grito femenino lo hizo girarse de inmediato. — ¡Cuidado! — exclamó una voz alarmada. Antes de que pudiera reaccionar del todo, un niño en bicicleta, fuera de control, se dirigía directo hacia él. Con reflejos rápidos, Giyuu atrapó al pequeño antes de que pudiera caer al suelo. Un suspiro de alivio se escapó de los labios de la joven que había gritado, pero algo más llamó la atención del hombre: una carta, escrita a mano con tinta negra y decorada con detalles rosados, había caído al suelo desde el abrigo de la mujer. Al levantar la vista, se encontró con un par de ojos verdes, brillantes por la mezcla de vergüenza y alivio. — Gracias y... perdón por el casi atropello — dijo ella, acomodándose un mechón de cabello detrás de la oreja — Este pequeño es mi hermano. Vamos, Haruki, pídele disculpas. — Perdón, señor... Giyuu esbozó una leve sonrisa, restándole importancia al accidente. Tras soltar con suavidad al niño, recogió la carta del suelo y se la extendió a la mujer. — Debe ser importante para ti. Ella la tomó rápidamente, con un rubor evidente en sus mejillas. — Lo era… pero creo que ya no tiene sentido — respondió con un encogimiento de hombros. Luego, como si acabara de darse cuenta de algo, abrió los ojos con sorpresa — ¡Dios mío! Ni siquiera me presenté. Qué pésimos modales los míos. Soy Mitsuri Kanroji, un gusto. — Giyuu Tomioka — dijo él con su habitual tono sereno — ¿Necesitas ayuda con algo? No supo por qué lo preguntó. Tal vez fue la melancolía en su mirada lo que lo impulsó a querer conocerla un poco más. O quizás simplemente no quería que ese encuentro terminara tan rápido. Para su sorpresa, Mitsuri asintió. Tras asegurarse de que el pequeño estaba bien, los tres se dirigieron a una cafetería cercana. Entre sorbos de café y risas, la conversación fluyó con una naturalidad inesperada. Haruki, sin demasiado interés en lo que hablaban, se distrajo con las caricaturas que su hermana le puso en el celular, dejándolos sumidos en una charla que poco a poco se tornó más personal. Giyuu descubrió que Mitsuri había escrito aquella carta para alguien de su pasado, un amor que nunca confesó y que, con el tiempo, terminó por dejar ir. — Tal vez el destino me hizo perder la carta para recordarme que es hora de seguir adelante — murmuró ella, revolviendo distraídamente su café — Por cierto, ¿cómo es que eres tan bueno con los niños? Giyuu la miró, y antes de pensarlo demasiado, respondió con una honestidad que lo sorprendió a sí mismo: — Tal vez el destino solo quería que nos encontráramos. Mitsuri se quedó en silencio un momento, parpadeando sorprendida, antes de soltar una risa suave que iluminó su rostro. — Vaya respuesta… — Y bueno, cuando tienes una hermana mayor que convierte tu casa en una guardería improvisada, aprendes algunas cosas — añadió él con una ligera sonrisa. Rieron juntos, y en ese preciso instante, algo cambió. No era amor a primera vista, pero sí el inicio de algo especial. Un lazo invisible se formó entre ellos, algo que haría que recordaran aquel San Valentín como el día en que, sin buscarlo, sus caminos se cruzaron. Los días se convirtieron en semanas, luego en meses. Lo que empezó como una charla espontánea se transformó en largas conversaciones nocturnas, paseos bajo la lluvia y momentos compartidos donde, sin darse cuenta, la chispa de aquel primer encuentro se avivó hasta convertirse en amor. Y así, lo que parecía solo un accidente del destino, terminó siendo el comienzo de su historia. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⋅•⋅⊰∙∘☽༓☾∘∙⊱⋅•⋅ Tres años después, en otro 14 de febrero, Giyuu y Mitsuri caminaban juntos por la misma avenida donde se conocieron. La brisa nocturna acariciaba sus rostros mientras compartían brochetas, recordando aquel día que, sin saberlo, cambiaría sus vidas para siempre. — ¿Recuerdas este lugar? — preguntó ella con una sonrisa dulce, sintiendo un leve sonrojo en sus mejillas por lo que estaba a punto de hacer. Giyuu la miró con ternura antes de responder. — Claro.— dijo con suavidad — Fue aquí donde un niño y una carta volaron hacia mí... y donde mi vida tomó un rumbo inesperado. Mitsuri soltó una pequeña risa antes de sacar un delicado sobre de su bolso y extendérselo con manos temblorosas. — No es una carta perdida esta vez… pero sí es para ti. Él tomó el sobre con curiosidad y lo abrió con cuidado. Sus ojos recorrieron cada palabra, y una sonrisa sincera, de esas que solo ella podía sacarle, se dibujó en su rostro. _"Gracias por estar en mi vida. No sé si el destino existe, pero si en verdad es real, me alegra que nos haya unido aquel día._ _Te amo, querido esposo."_ Giyuu levantó la vista, encontrando los ojos brillantes de Mitsuri posados en él. Sin decir una palabra, la envolvió en un abrazo cálido, dejando que su amor hablara por ellos. — Yo también te amo. — susurró contra su cabello, sintiendo cómo su corazón latía en sincronía con el de ella — Y siempre lo haré. Mitsuri cerró los ojos, disfrutando el momento, mientras la ciudad seguía su curso a su alrededor, ajena a la historia de amor que continuaba escribiéndose en aquel mismo lugar donde todo comenzó. ‎ ‎ ‎ ‎ ‎