ㅤ ㅤ 𓉸ㅤ ㅤ⸝ㅤ @𝖾𝗏𝖾𝗇𝗍𝗈 ⸝  ᅟᅟᅟ ⫶ 𝗵𝗲𝗮𝗿𝘁𝘀 *&* 𝗵𝘂𝗴𝘀. ᅟᅟᅟ ⦂ᅟᅟ darklan xichen, hermanos, ubicado en algún punto en la campaña para derribar el sol, amor de hermanos. ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎       ׄ    ◢     ͏   𝘀𝗮𝗻 𝘃𝗮𝗹𝗲𝗻𝘁𝗶𝗻ㅤ͏ ͏   ׄ    El Primer Jade de Gusu caminaba por los pasillos de la Biblioteca, con la intención de revisar algunos manuscritos que habían sido dañados por la humedad. Sus pasos eran silenciosos, pero el eco de una respiración agitada lo detuvo en seco. Se giró hacia la esquina de un pasillo oscuro, donde apenas se filtraba la luz de las lámparas. Al principio, solo distinguió el blanco de unas mangas y un mechón de cabello negro suelto. Luego, vio cómo su hermano menor se apoyaba contra los estantes, con una mano sobre los labios. — *¿Wangji?*— el menor levantó la vista de inmediato, su rostro pálido y cubierto de una leve capa de sudor. Su expresión era imperturbable, pero sus labios estaban manchados de carmín. — *No es nada.* —respondió con la firmeza de siempre, enderezándose con esfuerzo. Xichen frunció el ceño. Se acercó con rapidez, pero Wangji dio un paso atrás, como si temiera que lo tocara. — *Didi… Estás enfermo.* — *No.*— La negativa fue cortante, inamovible, como si decirlo en voz alta pudiera hacer desaparecer la dolencia que evidentemente lo aquejaba. Xichen sintió un pinchazo en el pecho. Wangji lo miraba con la misma frialdad con la que miraba a los forasteros. — *Wangji, por favor, déjame ayudarte.* — El silencio obstinado de su hermano hizo que apretara los labios. ¿Cuántas veces había estado así sin que él lo supiera? ¿Cuántas veces su hermano menor había sufrido en silencio, negándose a pedir ayuda? Xichen respiró hondo, tratando de calmar la tormenta de emociones dentro de él. Sentía impotencia, dolor, arrepentimiento… todo mezclado en una maraña de pensamientos que lo hicieron cuestionarse en qué momento dejó de ver realmente a Wangji. — *Si no confías en mí como hermano, entonces como líder de la secta te ordeno que permitas que se te examine.* Wangji alzó la mirada con una furia helada, los labios apretados en una fina línea. Pero antes de que pudiera protestar, su cuerpo traicionó su determinación: sus rodillas cedieron ligeramente, y Xichen apenas tuvo tiempo de sostenerlo antes de que se desplomara por completo. — *Wangji…* —susurró con angustia, sujetándolo con firmeza. Su hermano estaba ardiendo en fiebre. En ese preciso instante poco importaron las reglas y el posible castigo, tomó a su hermano y brazos y corrió a el Pabellón Médico y casi a gritos ordenó qué atendieran a su Didi. La angustia lo carcomía al ver cómo Wangji parecía un títere al que se le cortaron los hilos, inmóvil sobre la cama, con apenas una respiración forzada. — *Zewu-Jun, la condición de Hanguang - Jun es complicada, sus meridianos están congelados y su diatan parece no poder contener toda su energia espiritual. Sí esto continúa, HanGuang - Jun podría quedar paralizado.*— Todo pareció detenerse en el momento en que esas palabras lo alcanzaron. Su hermano, su dulce didi qué nunca supo como expresarse correctamente, su única familia podía ... No, el no permitiría que eso pasara. — *¿Hay algún medicamento que pueda ayudar? ¿Una trasferencia de Qi?*— La desesperación en su voz era casi palpable, pero el médico no podía hacer nada para consolarlo. El único medicamento del que se tiene registro que podría llegar a ayudar no ha tenido buenos resultados al ser probado, aquellos que se aventuraron a utilizarlo terminaron teniendo una muerte espantosa así que el mayor no se atrevía a sugerir usarlo pero un pequeño aprendiz que esas con ellos no pudo ver a su líder sufrir tanto y mencionó la existencia de esta píldora. A pesar de las advertencias del Médico no dudó en ponerse en marcha, sabía dónde encontrar ese medicamento, su A'Jue lo había mencionado en varias ocasiones como una de las razones por las que el Reino Inmundo no tenía tanta delincuencia, ese medicamento que ellos usaban para castigar a los depravados era lo que podía salvar la vida de su hermano. Casi en un Frenesí viajo al reino inmundo y solicitó una bolsa de aquellas píldoras los carceleros conociéndolo y sabiendo que jamás lo usaría para algo erróneo se la consideran sin dudar con sonrisas en los labios y despedidas alegres. En su camino de vuelta no pudo evitar preguntarse en como probar la píldora. Casi como si los cielos se apiadaron de él, frente a los bosques que delimitaban la secta Nie se encontró con un incidente, un comerciante lujurioso perseguía a una joven con obvias intenciones. Con una floritura y un talismán detuvo al malhechor, la joven ni siquiera tuvo tiempo de agradecer antes de que el cultivador se marchara, llevando a cuestas al hombre. El viaje ahora fue más tranquilo, ya tenía lo que necesitaba para salvar a su hermano, al llegar a Gusu se desvió hacia la montaña trasera, hacia las cuevas heladas donde arrojó al hombre a una esquina; saco su bolsa espacial y de ella: cuerdas, varios paños, cuencos, varias garrafas de agua y finalmente el frasco de las píldoras de calentamiento. A continuación se acercó al hombre, le examinó… _No tenía vena espiritual_ Bueno, aunque no tuviera Qi corriendo por su cuerpo la edad y complexión del hombre creaba un buen balance para compararse con su hermano. La edad, el peso y posible condición era favorables para realizar la prueba que necesitaba. Con lentitud utilizo las cuerdas para sostener las manos y piernas del hombre, vuelta tras vuelta asegurandose dé que no pudiera zafarse, cuando estuvo satisfecho se alejó. Con la izquierda tomo uno de los cuencos, vierte agua en él y de su manga obtiene una píldora de vitalidad, la pulverizó entre sus dedos y jugo con ellos en el agua para disolverla por completo, una vez que el agua de torno cristalina de nuevo la llevo a la boca del hombre, con cuidado alimento con el agua al hombre y en cuanto el hombre pudo recobrar el sentido le sonrió. — *¿q-que? ¿Dónde...¡Zewu-Jun!*- el hombre intentó reverenciarlo, pero le era imposible por la forma en la que sus brazos estaban juntos. — *Tranquilo*- le sonrió tiernamente mientras le sostenía para que se pusiera de pie. — *Zewu-Jun, mi señor...¿Qué está pasando? ¡Me agredieron, hágame justicia, mi señor!*- el de blanco entrecerró los ojos y le dio un asentimiento alegre. — *Necesito su ayuda, mayor*- humildemente solicito ganándose un grito sorprendido y un montón de asentimientos, el hombre pareció olvidarse de sus ataduras. — *por su puesto, este humilde Mu le ayudará, Zewu-Jun*- con eso el líder de secta se alejó sonriente, tomo el tazón grande y negro que estaba ahí y lo trajo de vuelta consigo. —*Si el mayor se ofrece me gustaría que probará es tan medicina, es muy importante para mí* - sonriendo grandemente le acercó el tazón para que viera el interior. — *¿Me-Medicina?*+ Receloso el hombre observó las píldoras negras que se le presentaba, se sentía inquieto, pero viendo la sonrisa amable en el rostro del cultivador le hizo relajarse, No creía que nada malo pasará si el Jade de Gusu estaba sonriendo tan lindo. – *p-por supuesto*— Cuando recibió el permiso, con largos dedos y suaves tomo una de las píldoras, sus dedos pálidos como el jade se tornaron rosados al instante. Lentamente acercó la píldora al rostro del hombre que temblaba ligeramente, pero se mantenía firme en su idea de ayudar al cultivador, abrió la boca removiendo los brazos, el roce de las cuerdas le hizo recordar sus ataduras, quiso pedirle al cultivador que los liberará, pero el Jade empujó la píldora en su boca e inmediatamente fue amordazado evitando que la escupiera. Instantáneamente se comenzó a sacudir y gritar, la píldora le quemaba, su boca se sentía como si hubiera sido pista al fuego vivo, al tener un paño en la boca no pudo escupirla y en su desesperación se empujó contra el más joven solo para ser lanzado contra la pared, el golpe y el dolor le hicieron morder la pastilla y entonces todo se volvió el infierno, su boca se derretía con un calor intenso, sangre tiñendo el paño y escurriendo por la barbilla hasta gotear al suelo. El comerciante Mu se revolcó en dolor y miseria, golpeándose contra la pared, sus ojos rojos y anegados en lágrimas, su ropa llenándose poco a poco de sangre, su rostro en sudores y más rojo que la sangre que expulsaba. La cueva pronto se llenó del olor de carne cocinada, el comerciante se agitó una vez más y después se quedó quieto, la respiración agitada y temblorosa del hombre le hizo saber que había sobrevivido. Sonriendo tiernamente se arrodilló cerca de él, le quitó el paño y con el limpio la sangre coagulada y le dio un tazón con agua ayudándolo a beber. —*Gracias, comerciante Mu.*- con esto dejo al débil hombre recostado en el suelo y le permitió perder la conciencia. _La etapa Fundación alta que tiene WangJi evitará que queme su cuerpo y él tomara la píldora no la morderá, así que queda libre de consecuencias desagradables_ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎