Si una persona vota por un político y el político lo engaña, no le cumple y lo maltrata, es culpa y error del político, no del ciudadano. Por eso, esta vez arranqué un experimento sencillo: sentarme a conversar con ciudadanos que votaron por Petro y piensan distinto a mí. ¿La conclusión? Están desilusionados porque el cambio que les prometieron nunca llegó pero siguen pensando que muchas cosas tienen que cambiar. Dos reflexiones finales: 1. Quienes aspiramos al poder debemos tener claro que de ganar estamos obligados a gobernar para todos. 2. Estamos obligados a recuperar la confianza en la política cumpliendo desde la institucionalidad, reivindicando el oficio de lo público. ¿A qué ciudad nos invitan para repetir este experimento? https://x.com/lunadavid/status/1888740352368259347?s=46&t=jKxkdvYwI7IuebppJx4xhA