Así describió Gaspar de Carvajal a las “amazonas” que darían nombre al río Amazonas en su crónica sobre la expedición de Francisco de Orellana en 1542. Según su relato, estos guerreros sorprendieron a los exploradores españoles por su fiereza y destreza en combate: “Muy blancas y altas, y tienen muy largo el cabello y entrenzado y revuelto a la cabeza, y son muy membrudas […], con sus arcos y flechas en las manos, haciendo tanta guerra como diez indios.” Carvajal narró que estas mujeres guerreras defendían sus territorios con una valentía que igualaba o incluso superaba a la de los hombres indígenas.