El Palacio de España en Roma 🏰 es la sede de la embajada permanente más antigua del mundo, símbolo de la histórica presencia diplomática de España en la Ciudad Eterna. Su origen se remonta a 1480, cuando Fernando el Católico nombró a Gonzalo de Beteta, caballero de la Orden de Santiago, como el primer embajador ante la Santa Sede. Desde entonces, España ha mantenido una representación ininterrumpida en Roma, consolidando su papel en la política europea. Aunque la embajada tuvo varias sedes a lo largo del tiempo, la más conocida y emblemática es la actual, un majestuoso palacio situado en la Piazza di Spagna, frente a la famosa escalinata de Trinità dei Monti. Adquirido por la Corona en 1647, ha sido testigo de intrigas, acuerdos y acontecimientos clave en la historia de las relaciones entre España y el Vaticano. Su riqueza arquitectónica y artística lo convierte en una joya del patrimonio español en el extranjero.