Lucio Cornelio Balbo “el Mayor” fue el primer cónsul no itálico de la historia de Roma, alcanzando esta posición en el año 40 a.C. Nació en el seno de una influyente familia de Gades, la actual Cádiz, una ciudad próspera dentro del mundo fenicio y posteriormente romano. Su ascenso en la sociedad romana se debió, en gran medida, a su astucia política y a su capacidad para forjar alianzas estratégicas. En el año 69 a.C., conoció a Julio César, con quien estableció una estrecha amistad que le permitió obtener la ciudadanía romana, un privilegio excepcional en su época. Posteriormente, también logró ganarse el favor de Octavio, el futuro emperador Augusto, consolidando así su influencia en los círculos de poder de Roma. Gracias a su lealtad y habilidades diplomáticas, Balbo fue reconocido como un hombre de confianza en los momentos clave de la transición de la República al Imperio.