El día de hoy recordamos a los soldados españoles que dieron su vida, su sangre y su arrojo defendiendo al mundo del comunismo. A 82 años de la batalla de Krasni Bor, su sacrificio sigue resonando en la historia como un testamento de resistencia y honor. Lucharon no solo por su patria, sino por la supervivencia de una civilización que aún enfrenta amenazas similares bajo nuevos disfraces. Al igual que entonces, la amenaza no ha desaparecido. La lucha continúa, el frente es eterno, y recae en cada uno de nosotros la responsabilidad de defender lo que ellos protegieron con su vida. La historia no se escribe con la pasividad, sino con la determinación de quienes entienden que su deber es más grande que ellos mismos. Depende de nosotros honrar su memoria y continuar el camino que trazaron, o permitir que su sacrificio sea borrado por la indiferencia. No basta con recordar, hay que actuar. La lucha por recuperación de la civilización apenas empieza.