*Eduardo Ramírez*: La guerra contra la delincuencia ha comenzado, pero… ¿es suficiente? Por *Roberto Avalos* Eduardo Ramírez ha dejado claro que su gobierno no será de brazos cruzados ante la delincuencia. En apenas unas semanas, ha dado golpes contundentes contra los criminales que habían convertido a Chiapas en un territorio de miedo e impunidad. Lo dice él mismo en sus redes: “Estamos destruyendo todos los filtros que tenía la delincuencia en la Sierra. Los caminos están libres de retenes clandestinos, y estamos garantizando el libre tránsito en toda la región. No daremos ni un paso atrás, firmes aplicando la ley.” Suena bien. Suena fuerte. Pero Chiapas ya ha escuchado muchas promesas antes. La diferencia ahora es que sí se están viendo acciones. Las imágenes de las fuerzas de seguridad desmantelando retenes ilegales y recuperando el control de las carreteras mandan un mensaje claro: el Estado vuelve a mandar. Y hoy mismo pero más tarde, tenemos el golpe en Chiapa de Corzo: 67 policías municipales detenidos, incluido su director, Jesús “N”, junto con 20 elementos de Tránsito. Además, aseguraron armas y vehículos. Un escándalo que confirma lo que muchos sospechábamos: la delincuencia organizada no solo está en las calles, también está en las instituciones. Esto es algo que aplaudir. No hay otra forma de recuperar la seguridad si no se limpia la casa primero. Pero también hay que decirlo, esto apenas es el principio. El problema de la violencia en Chiapas no se resuelve solo con operativos. La verdadera pregunta es: ¿qué sigue después de estos golpes? Porque los criminales no van a quedarse de brazos cruzados. Esto apenas es el primer round. El gobernador está actuando con determinación, pero el gran reto será sostener esta lucha sin que el miedo regrese a las calles. No basta con limpiar los caminos y detener policías corruptos, hay que cortar de raíz la red de impunidad que permite que el crimen siga operando. Y aquí es donde muchos gobiernos han fallado. Otro punto clave es la estrategia social. La violencia en Chiapas tiene raíces profundas como la pobreza, la falta de empleo, la corrupción y un Estado que durante años le dejó la plaza a la delincuencia. Si no se trabaja en esos frentes, los operativos serán solo un parche momentáneo. Eduardo Ramírez está demostrando que no le tiembla la mano, y eso es algo que muchos chiapanecos agradecen. Pero la guerra contra la delincuencia no se gana solo con armas y patrullajes. Se gana con inteligencia, con justicia real y con un gobierno que no solo persiga criminales, sino que también le brinde oportunidades a su gente. Por ahora, el gobernador tiene la iniciativa. La pregunta es: ¿tendrá la estrategia para mantener la ventaja? El tiempo nos dará la respuesta. *Roberto Avalos* ✍️