Las noticias culturales de hoy nos muestran que estamos en un momento donde las artes, el patrimonio y la cultura se enfrentan a oportunidades emocionantes, pero también a riesgos latentes que exigen nuestra atención crítica. Vemos, por un lado, cómo Manizales sigue apostando por su reconocimiento ante la UNESCO, y cómo en Zipaquirá se busca revitalizar el legado de García Márquez, demostrando que el patrimonio cultural puede ser motor de desarrollo territorial. Igualmente, propuestas como el Concurso Nacional de Poesía Ambiental invitan a pensar que la creatividad sigue siendo una vía para expresar nuestras preocupaciones sociales, como la crisis ecológica. Por otro lado, la interacción entre arte, ciencia y tecnología, como lo ejemplifica la red Science Gallery, evidencia que la interdisciplinariedad abre nuevos caminos para el conocimiento. Sin embargo, no todo es positivo. Los retos para preservar el patrimonio en la era digital dejan ver que lo tecnológico, lejos de ser solo un aliado, también puede convertirse en una amenaza cuando la sobreinformación borra rastros de nuestro pasado. Y el caso de la cultura de la cancelación en Hollywood nos recuerda que la producción artística puede quedar atrapada entre presiones sociales y comerciales. Cuando estas fuerzas se combinan, corremos el peligro de que la cultura se estandarice, perdiendo su esencia local e identitaria. Es aquí donde se encienden las alarmas: si permitimos que la cultura se convierta en una herramienta de conveniencia y control, nuestras expresiones artísticas y patrimoniales se reducirán a moldes impuestos por intereses ajenos. Nuestra mejor defensa es fortalecer el pensamiento crítico, ese que nos permite reconocer cuándo estamos ante una manifestación auténtica y cuándo, simplemente, nos están vendiendo un relato moldeado a conveniencia. Porque la cultura no es solo un reflejo de quienes somos, también es el camino hacia quienes podemos llegar a ser. Hoy más que nunca, el llamado es a crear, proteger y cuestionar. A no "comer del cuento", y a hacer de la cultura nuestro propio relato. #patrimoniocultural #gestióncultural #industriacultural #debatecultura #consumacultura