SANAR CON LAS PALABRAS Debemos anhelar que nuestras palabras sean de aliento y fortaleza a otras personas. Fuimos bendecidos para bendecir. Un dìa de angustia encontramos consuelo para consolar a otros. Un dìa oscuro encontramos luz para alumbrar otros. No nos guardemos lo bueno que ha hecho Dios en nosotros. Muchos necesitan una palabra de esperanza. Pasamos màs tiempo a veces hablando necedades que lo que realmente es saludable hablar. Si nos escuchamos a nosotros mismos lograremos entender que es lo que màs hablamos. No hay excusa para hablar lo malo. Nuestro Dios es bondadoso y esa bondad nos ha llenado para dar palabras amables. Nada es nuestro. Todo le pertenece a Dios. Deseo tus palabras sean un bàlsamo de sanidad para otros. Cambia tus palabras de reproche por palabras amables. Cambia tus palabras de queja por palabras de agradecimiento y cambiaràs los ambientes donde te mueves. No son los otros los "negativos" es a veces lo que pensamos nosotros. No olvides las veces que una palabra, una sonrisa, un abrazo, un presente o regalo cambiò tu estado de ànimo. Da de gracia lo que recibiste de gracia. Un "Dios te bendiga" nos llena el alma. Esas palabras hacen mucho bien a personas que se sienten angustiados. A quièn le diràs hoy una palabra de ánimo? gloriacenaabuter.com