
Vanessa Montañés
February 5, 2025 at 08:33 PM
El calendario marca los días en rojo, como si la emoción que bulle en su interior necesitara un color que la represente. Cuatro días. Cuatro días para que la pantalla del móvil deje de ser el único puente entre sus mundos y la realidad se imponga con toda su fuerza. Ella se sabe nerviosa, expectante, con esa mezcla de ilusión y vértigo que precede a lo desconocido. Él no se queda atrás. Un mes de mensajes, de audios, de confidencias virtuales han creado un vínculo invisible pero sólido, una corriente de deseo que ahora amenaza con desbordarse.
Seis días juntos. Seis días para descubrir si la magia que flota en el aire de sus conversaciones se materializa en la chispa del contacto físico. Ella se pregunta cómo será su voz en directo, si su risa tendrá la misma melodía que la que imagina al leer sus mensajes. Él fantasea con la idea de acariciar su pelo, de sentir la calidez de su piel, de besar sus labios que tantas palabras bonitas han pronunciado.
No se conocen en persona, pero se conocen en el alma. Han compartido sueños, miedos, secretos que nunca antes habían confiado a nadie. Se han reído juntos, han llorado juntos, se han apoyado en los momentos difíciles. La distancia no ha sido un obstáculo, sino un desafío que han superado a base de ingenio y creatividad.
Ella ha releído sus mensajes una y otra vez, buscando pistas sobre su personalidad, sobre sus gustos, sobre sus manías. Él ha escuchado sus audios con atención, tratando de adivinar el tono de su voz, la emoción que se esconde detrás de sus palabras.
La tecnología ha sido su aliada, pero también su enemiga. Les ha permitido acercarse, pero también les ha impuesto una barrera que ahora están deseando derribar.
Ella se imagina a sí misma llegando al lugar de encuentro, nerviosa pero decidida. Él la espera con una sonrisa en los labios y el corazón latiendo a mil por hora.
Se abrazan como si se conocieran de toda la vida, pero con la emoción de un primer encuentro. Se besan con la pasión de dos amantes que se han deseado en silencio durante semanas.
Seis días. Seis días para confirmar si la conexión virtual se transforma en un amor real. Seis días para descubrir si la persona que han idealizado en su mente se corresponde con la que tienen delante.
Ella y él se desean. Y la incertidumbre no hace más que aumentar el deseo.
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