Cuando nací ya la atmósfera estaba enrarecida. Cuando tuve uso de razón mi padre me contó cómo llegamos a este límite, a esta crisis. «Los humanos somos ambiciosos» decía mi padre. «Tomamos todo por la fuerza, la tierra, el agua, hasta la vida. Nada nos detiene, ni la madre naturaleza.» «Para el año 2060 ya prácticamente no existían áreas verdes. La propagación de nuestra especie era inevitable. Una industria tras otra. Le chupaban la sangre al planeta. No importaron las huelgas de los naturalistas. El calentamiento global siguió aumentando. Por cada nueva fuente de recursos minerales hallada, nuevas tecnologías se implementaban. Queríamos explorar más planetas y para eso había que aprovechar hasta el límite lo que nos aportaba este. Los polos no se derritieron completamente ellos no fueron los causantes de la crisis aunque millones de personas murieron con las inundaciones. Fue el aire, la atmósfera se contaminó. Se volvió ácida, insostenible. El oxígeno no era el mismo, era impuro, proveedor de muerte. Y eso no fue todo, la corrosión fue la siguiente ola. Solo los metales nobles resistían la oxidación. Leamos este cuento: El color ocre, de Denys Alberto Quirós Barrabí Mención del XIV Concurso Óscar Hurtado – Categoría Ciencia Ficción. Publicado en Korad 46. https://revistakorad.wordpress.com/2025/01/31/el-color-ocre-denys-alberto-quiros-barrabi/