Queridos Isaura y José: Han pasado algunos años desde que ya no están físicamente, pero cada vez hay más días, donde ustedes son mi refugio. El poder recordar ese abrazo y ese beso en la frente de Isaura, y el último apretón de mano con la mirada de José, es el poder cerrar los ojos y pensar que todo estará bien. El recordar como el café sabía mejor esas mañanas, y esas tardes la conversación era más interesante. El como aquel disco de Rocío se escuchaba mejor, si era en su cuarto y mientras ella dormía. No puedo dejar de pensar en que dirían si estuvieran aquí, además de echarme su bendición. Cuánto necesito esa sabia guía, esa de valores, llena de historias, de vivencias y carencias. Esa guía que es desde el profundo amor. No puedo dejar de pensar en cómo se defendería Isaura.. con su carácter y personalidad, que sin duda dejaría a cualquiera atrás. Pero también, con la paciencia y paz de José que en tiempos tormentosos, cuánta falta nos hace. Sin duda, me hacen falta. Me hace falta ese abrazo que to