Si alguna vez vuelves a saber de mí, disimula, no le digas a nadie que me conocistes, no le hagas saber que confío en la gente y me ilusiono con facilidad. No le digas que no soy de los que juegan con los sentimientos, no le cuentes mis secretos egoístas, ni mis filtros, ni mi reglas. No le digas que sonrío cuando me enamoro, que los pequeños detalles sencillos son los que más valoro. No le digas que necesito los “buenos días” para tener un buen día. No le digas que nunca doy nada, pero que si decido hacerlo, lo doy todo sin límites ni condición, porque pese al riesgo de equivocarse, la posibilidad de acertar también es una opción. No le digas que mi impaciencia le gana a mi razón, que actúo por instintos, por impulsos y por pasión. No le digas que sólo soy un hombre con su palabra, su fé y su corazón... ✨️