🪷🪷🪷🪷🪷🪷🪷 1 Corintios 9:25-27 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire,sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. *Meditación* En la vorágine de la vida cotidiana, donde los días se confunden entre el estudio y el trabajo, el hogar y la iglesia, es fácil perder de vista lo que verdaderamente importa. Las obligaciones crecen y las prioridades esenciales se ven sepultadas bajo un montón de demandas. Nuestro tiempo sagrado en la Palabra de Dios puede volverse caótico, inconsistente o, lo que es peor, desaparecer por completo. La ausencia de la Palabra de Dios en nuestra vida diaria puede sumirnos en la confusión, enfrentándonos a un mar de opciones sin las respuestas sabias que necesitamos. ¿Cómo, entonces, podemos mantener la consistencia en la sabiduría que requerimos cada día? Todo comienza con un cambio en el corazón. Para que la disciplina se arraigue, necesitamos renovar nuestros deseos. Y es que, con perseverancia frente a las distracciones, nuestros anhelos pueden transformarse. Al entrenar nuestra mente y nuestro tiempo para resistir en esta batalla de deseos, conseguiremos afianzar nuevas disciplinas en nuestra vida. Si somos fieles con nuestro tiempo y nos comprometemos diariamente a buscarle de mañana, Dios obrará y abrirá camino para todo lo que debemos enfrentar en nuestro día. *Oración* Amado Padre Celestial, anhelamos que nuestros deseos se alineen con los tuyos. Anhelamos ser personas que no flaquean en la lectura de la Biblia, conscientes de que esto es para nuestro bien. Te pedimos fuerza para perseverar en medio de las luchas, de manera que nuestro corazón comience a transformarse. Confiados en el poder de la disciplina y la constancia, buscamos encontrarnos contigo cada día. En el nombre de Jesús, Amén. 🪷🪷🪷🪷🪷🪷🪷