🌻🌻🌻🌻🌻🌻🌻 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. Lucas 1:17 *Meditación* En el tejido de nuestra existencia, cada hilo cuenta una historia, una misión divina que espera ser descubierta. ¿Has sentido alguna vez ese llamado profundo, esa convicción de que hay algo más que estás destinada a realizar? Juan el Bautista comprendió su destino. Él se enfrentó a quienes dudaban y con firmeza proclamó su propósito: ser la voz que clama en el desierto, preparando el camino al Señor. Este sentimiento de destino, ¿resuena en tu corazón? ¿Conoces tu propósito? Tal vez te preguntas cómo descubrirlo. Juan lo halló en las Escrituras, dedicándose a la oración y al ayuno, familiarizándose con las profecías que lo señalaban como el precursor del Mesías. No era una reencarnación de Elías, sino un espíritu afín, ungido para preparar los corazones para el Rey y su Reino. La influencia de sus padres fue crucial, pues desde su nacimiento, la promesa del ángel los hizo conscientes de la profecía que hablaba de su destino. Reflexiona en silencio y busca en la intimidad de la oración esa misión que Dios tiene para ti. Él es fiel y te guiará hacia tu destino. *Oración* Amado Padre celestial, en la quietud de este momento, nuestras almas anhelan escuchar Tu voz. Te pedimos que despliegues ante nosotras el mapa de nuestro destino, que ilumines con Tu luz divina el propósito para el cual fuimos creadas. Ayúdanos a buscar Tu rostro con la misma certeza que tuvo Juan el Bautista, a confiar en Tu palabra y a caminar con fe hacia el destino que nos has trazado. Que nuestro espíritu se fortalezca en la oración y que nuestra vida refleje la belleza de Tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén. 🌻🌻🌻🌻🌻🌻🌻