🪷🪷🪷🪷🪷🪷🪷 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Eclesiastés 3:1 *Meditación* En la danza del tiempo, cada paso marca una estación en el viaje de la vida. La primavera despierta, cargada de juventud e inocencia, con manos que se extienden en busca de guía en sus primeros pasos. Con la llegada del verano, nos asentamos, aprendiendo y creciendo de nuestros errores, descubriendo la esencia de nuestro ser. El otoño nos invita a reflexionar, a apreciar el tapiz de colores que hemos tejido en el corazón de quienes amamos. A veces, la nostalgia sopla como viento frío, añorando la lozanía perdida. Y cuando el invierno se posa sobre nosotros, la vejez puede ser un refugio cálido, un abrazo de los años vividos, o una invitación a retozar con la inocencia de la juventud en campos nevados. Cada estación trae sus desafíos y bendiciones; cada una, un capítulo necesario en la narrativa divina de nuestras vidas. "Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo". ¡Benditos sean aquellos que abrazan con gratitud cada temporada de su existencia! *Oración* Padre celestial, en la sucesión de estaciones que conforman nuestra vida, te buscamos. En la primavera de nuestros días, guíanos con tu amor. En el pleno verano, fortalécenos para crecer en sabiduría y gracia. En el otoño de la reflexión, ayúdanos a esparcir semillas de bondad. Y en el invierno de nuestros años, envuélvenos en tu paz reconfortante. Que en cada momento, encontremos la belleza que has sembrado para nosotros, y vivamos en armonía con tu tiempo perfecto. Amén. 🪷🪷🪷🪷🪷🪷🪷