El caso del niño Damir Ortiz Ramírez está en boca de miles de cubanos y cubanas. ¿Es posible que seres humanos e instituciones que tienen el deber de asistir y salvar vidas especulen con la salud de un niño cubano gravemente enfermo? Este es un ejemplo de la peor politización posible de los derechos humanos. Las personas no deberían ser chivos expiatorios de los diferendos políticos entre Estados. El Gobierno cubano debería pensar primero en la salud y bienestar del niño Damir. El Gobierno de Estados Unidos, si pretende ayudarlo de verdad, no debería pedir documentos contradictorios con la naturaleza autoritaria del régimen político cubano. ✍️ Julio Antonio Fernández Estrada. 👀 LEE MÁS: https://ltq.cx/kn9