*Justicia para los Bibas: El precio de nuestra sangre* Por Fernando Melnizky El asesinato brutal de Shiri, Ariel, Kfir y Yarden Bibas no es un hecho aislado, sino el corolario de una ideología que se alimenta del odio y la muerte. Nos enfrentamos a un enemigo que ha convertido su fe en un instrumento de guerra, donde su grito de batalla, “Allahu Akbar”, no es un llamado a la grandeza divina, sino una justificación para masacrar sin distinción de edad o género. No sienten piedad por ancianos, mujeres o niños; al contrario, encuentran placer en su sufrimiento. La masacre del 7 de octubre nos demostró, una vez más, que su objetivo no es la coexistencia ni la paz, sino la erradicación del pueblo judío. Hoy lloramos la pérdida de tres vidas más, arrancadas por la barbarie. Pero la historia nos ha enseñado que nuestra sangre tiene un precio. Am Israel Jai no es solo un lema: es un compromiso con nuestra supervivencia. No podemos permitirnos la pasividad ni el olvido. Llamo a todo el pueblo de Israel a exigir justicia, no solo con palabras, sino con acciones que aseguren que el terror nunca vuelva a encontrar refugio en nuestra tierra. Nuestro deber es claro: terminar con la amenaza que pesa sobre nosotros y construir un futuro donde el pueblo judío viva, de una vez y para siempre, en paz.