😈 Relatos Eroticos / Erotismo Y Sensualidad 🔥
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February 7, 2025 at 02:00 PM
LA PRIMERA VEZ! 💦 Capitulo (9) Ella sí que nunca logró encontrar al hombre adecuado. Muchas veces parecía que si, e inclusive nos íbamos las dos parejas a pasar días en la playa o en algún lugar, pero al final resultaba que el tipo roncaba o que no la dejaba pensar o cualquier excusa y ella lo mandaba al carajo. Todavía a los 33 años estaba soltera y sin pareja. Pero en cualquier caso, que nunca se me ocurrió que pudiese haber otra razón que su perfeccionismo. Siempre en la búsqueda del hombre ideal. Yo, por mi parte, tuve mis novios. Y cuando fui suficientemente adulta, hice el amor con varios de ellos. No muchos, tampoco, jajaja. Pero al fin apareció Alex y me eché al agua con él. Así pues, después de una vida completamente heterosexual, una casualidad, un beso accidental en la boca y resulta que me tiene la cabeza dando vueltas. Porfin llegué a la casa y subí al apartamento. Alex veía el juego de baseball por televisión. -¿Cómo te fue?- me preguntó sin despegar la vista del aparato. -Muy bien- le contesté, pero no me acerqué a él. -Me estoy haciendo pipí- le dije -ya vengo- -Anda- Me fui directo al cuarto y me quité la ropa. Para aumentar mi angustia, cuando me quité las pantaletas me di cuenta de que estaban muy mojadas. -¿Será que me mojé?- pensé… pero me las acerqué a la cara y se me quitaron las dudas. Era lubricación. ¡Estaba tan excitada que me había mojado toda! Me metí a la ducha y mientras esperaba que saliera el agua caliente, me toqué los labios. Sí, allí estaba todavía la sensación del beso. En ese momento sentí cómo me mojaba otra vez ¡Coño! Me toqué la vulva y me estremecí. Me di cuenta de que si me seguía tocando acabaría en segundos! Me recompuse y me metí en la ducha. El agua me tranquilizó. Me lavé bien. Especialmente por allá abajo, limpiando toda la lubricación que se había acumulado en mi vientre. Me enjaboné la cara y los labios y así me “lavé” el beso también. Cuando me sequé me sentí reconfortada otra vez pero… tenía unas ganas incontenibles. -Creo que Alex no va a terminar de ver el partido hoy, jejeje- pensé. Me puse una pijama sugerente. Una de esas cosas de seda trasparentes que se supone que son muy sexys, junto con una bata de igual material que me habían regalado hacía años y nunca había utilizado. ¡Por cierto, el regalo fue de Alicia! Me senté junto a Alex en el sofá y me recosté sensualmente contra él. No me hizo mucho caso, había tres hombres en base por los Yankees y eso era más importante que una mujer en celo sentada a su lado. No me dejé amilanar y comencé a acariciarle el muslo… muy arriba. -Ya va mi amor, que hay tres hombres en base- -Ay, por mi no te preocupes, mi amor. Sigue viendo el partido que yo me voy divirtiendo con lo que vaya encontrando- No me respondió, pero tampoco me impidió que yo siguiera jugando. Con mi mano derecha comencé a acariciarle el güevo por encima de los pantalones. Por supuesto que no estaba excitado, pero yo sabía dónde buscar y con las uñas, se lo acariciaba suavemente por sobre la tela. El juego continuaba. El bateador se ponchó y él se molestó. -Ese pendejo es un inútil. Tres hombres en base y se va con ese lanzamiento malo- Yo seguía acariciándolo, mientras le apretaba las tetas contra el brazo. El lo subió y me abrazó, con lo que quedé recostada contra su pecho. -Vamos a ver si éste da una tabla- rezongó cuando el siguiente bateador tomó turno. Ya había logrado reacción con mis caricias. Ahora el güevo se le estaba poniendo duro y se le abultaba contra el pantalón. Así que busqué la bragueta y se la bajé. Inmediatamente metí la mano y busqué. Era difícil porque había una mezcla de camisa e interiores, pero me fui haciendo camino y se lo agarré. Ya estaba más duro, pero todavía había camino por recorrer. -Coño, dos strikes- ten cuidado con la curva, le dijo al bateador que, milagrosamente, recibiría su mensaje por medio de… qué se yo. Luego de acariciarle el güevo un poco, lo halé y lo saqué del pantalón. Nuevamente, con tanta tela y la posición en que estaba, no tenía sino un pedazo afuera. Pero eso era suficiente para mi, me rodé un poco en el sofá para poder bajar la cabeza y metérmelo en la boca. No sé si fue el batazo o mi lengua en su güevo, pero el gruñido de placer de Alex fue muy claro. Yo esperaba que fuese lo segundo. Comencé a mamárselo lentamente. Bueno, el pedazo que lograba meterme en la boca, mientras le acariciaba la cabezota con la lengua. El se estiró un poco en el sofá, con lo que el güevo salía un poco más afuera y me lo podía meter mejor en la boca. Los Yankees anotaron varias carreras y con cada carrera yo me metía un mayor pedazo de güevo en la boca, gracias a que él se había abierto los pantalones y se había acomodado mejor. Pronto el güevo me empezó a llegar al fondo de la garganta e iba a tener que decidir si me lo metía más o, lo que yo realmente quería, que era metérmelo en mi cuca. Que por cierto, estaba tan mojada que sentía como me corrían los jugos por las piernas. Finalmente, después de cuatro carreras se terminó el inning y Alex me dijo: -Yo no sé qué estaban tomando esta noche, pero acuérdame de preguntarte la receta mañana- -Mmmju- sólo pude decir. Que es lo único que una puede decir cuando tiene un güevo en la boca. Pero ya era hora me dije. Me incorporé y le dije que se bajara los pantalones. Mientras, yo me despojaba de mi maravillosa y sexy dormilona, que él no había ni mirado, y me dispuse a empalarme. Continuara… © Aquiles
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