😈 Relatos Eroticos / Erotismo Y Sensualidad 🔥
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February 8, 2025 at 08:57 PM
LA PRIMERA VEZ! 💦 Capitulo (12) -Jajaja. Muy bien, pero te sugiero que te concentres en la primera parte, en que vas a ver a la persona que quieres y deja la tristeza para otro día. Quieres tomarte algo?- -¡Oh! Seguro que lo haré. Además, esa persona está vestida muy bella, elegante y… la verdad, me dejó sin aliento- -Gracias- respondió con una sonrisa, dando un giro para que el vestido formara una flor. -La verdad es que es temprano, pero me gustaría tomarme algo como... un whisky- -Wow. Debes estar muy nervioso si quieres tomarte un whisky- -No se si nervioso es la palabra, pero podríamos decir que si, que estoy un poco inquieto porque tengo que hacer que esa persona que te conté pase una tarde inolvidable ¡qué responsabilidad!- -No te preocupes. Estoy segura de que sabrás hacer lo que necesitas sin mucho problema. Más si dicha persona está… ansiosa de que triunfes- dijo Alicia acercándome el whisky, mientras sostenía el de ella en la otra mano. -¡Salud!- brindamos. -¿Cómo van los preparativos del viaje?- pregunté sentándome. -Muy bien. Ya todo está listo. Sólo me falta hacer las maletas y algunos arreglos de última hora- respondió sentándose en el sofá cerca de mi, pero a cierta distancia. -¿Y cuando comienzan las clases?- -En una semana. Tengo todo el tiempo del mundo para acomodarme- -¿Vas a vivir en el campus de la una universidad?- -No. Conseguí un apartamento pequeñito muy cerca. De hecho me puedo ir caminando. No pienso comprar carro- -¡Qué bueno!- Así pasamos unos minutos conversando y tomándonos el whisky. Ambos estábamos un poco nerviosos. Sabíamos a lo que había venido, pero no sabíamos cómo empezar. Cuando estaba terminando el trago, ella me preguntó: -¿Quieres tomarte otro o quieres comer?- -¿La verdad?… quiero comerte inmediatamente a besos, pero no quisiera ser mal educado- -Oh no, comerme a besos nunca es mal educado- Así pues, dejé mi vaso en la mesa, me acerqué a ella y le tomé su whisky, poniéndolo también en la mesa. Luego me fui acercando hasta que nuestros labios se tocaron. Eso bastó para romper el hielo. Apenas empezamos a besarnos, comenzamos a abrazarnos y acariciarnos por todas partes. Apenas pasaron unos minutos, ella se separó un poco, lo suficiente para decirme: -Vámonos al cuarto- mientras se paraba y halaba con la mano. Yo la seguí y apenas entramos al cuarto, ella se volteó hacia mi y abrazándome empezamos a besarnos y a acariciarnos de nuevo. Yo sentía sus tetas pegadas a mi pecho. Obviamente no llevaba sostén y los pezones se levantaban como botones que querían ser acariciados. Yo bajé las manos por su espalda hasta llegar a su culo, donde por un rato me divertí apretando sus firmes nalgas, mientras ella empujaba con sus caderas, restregando su pubis contra mi güevo que pujaba por salírseme de los pantalones. Luego comencé a halarle la falda hacia arriba hasta que logré meter las manos debajo. Obviamente sus nalgas estaban desnudas, sólo la tira de un pequeño tanga subía por entre ellas y se conectaba con la parte horizontal a nivel de la cintura. Con placer, acaricié la piel de las nalgas, apretándolas contra mi o separándolas y deslizando mis dedos por el valle entre ellas, buscando su ano y más allá, su vulva, que a estas alturas estaba completamente mojada. Mientras nos seguíamos comiendo con la boca, ella me había estado acariciando la cabeza con sus manos y brazos, pero finalmente me empujó para separarse y comenzó a quitarse la ropa, lo que yo comencé inmediatamente a hacer con la mía. En pocos segundos ya estábamos desnudos. Ella haló el cobertor de la cama y lo tiró al suelo, acostándose en la cama boca arriba e invitándome a con las manos a acostarme sobre ella. Despacio, puse mis rodillas y manos a ambos lados de su cuerpo y me bajé hasta quedar sobre ella. Sus piernas se abrieron y me abrazaron a la altura de las caderas, pero mi no la penetré. Mi güevo estaba plano sobre su vientre, entre los dos. Comenzamos a besarnos en la boca otra vez. Ahora era ella la que tenía la oportunidad de acariciarme la espalda y las nalgas, luego de que bajara un poco las piernas cruzadas tras de mi para tener acceso a esa parte de mi. Luego de unos segundos, comencé a besarle el cuello y a bajar hacia sus tetas que me moría por comérmelas. Agarrándolas con las manos, sentí lo duras que eran, y al mismo tiempo flexibles. Los pezones sobresalían orgullosos y al tiempo que agarraba las tetas con las manos, apretaba los pezones entre el dedo pulgar y el índice, lo que la hacía estremecer de placer. Continuara… © Aquiles
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