EvDH:”Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: "Escúchenme todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!". En el contexto del pasaje, a Jesús le interesa mucho que sus discípulos queden claros de que lo que nos puede alejar de Dios está y nace en nuestro corazón. Que no un es tema de alimentación, para Él, todo alimento es permitido y puro. (No faltará el que nos haga daño estomacal por condimentado o por exceso.. pero ese, es otro tema) En otro pasaje ya se había afirmado que “de lo que está lleno el corazón, habla la boca”. (Lucas 6,45) Y ese es el tema con el que toca empezar primero por nosotros mismos, antes que nada. Pues normalmente ese filtro no nos lo aplicamos, siendo más fácil verlo en los demás que reconocerlo en nuestra alma y corazón. Sin entramos en el ejercicio espiritual de escucharnos, de descubrir que tema sobresale en nuestra conversación, eso nos va a ayudar a permitirle al Cielo limpiarnos, purificarnos y prevenirnos en el futuro. Hoy pedimos al Espíritu Santo nos haga descubrir qué cosas están en nuestro corazón que debemos sanar, limpiar y perdonar. Que nos ayude a descubrir con su Luz cualquier asunto o circunstancia que nos aleja y nos aparta de Dios y Su Misericordia. Le pedimos que nuestra libertad espiritual contagie a muchos de ese deseo de limpiarse de impurezas o manchas en su corazón, para que puedan ser libres de amarse y de amar. Así sea.