Mi bonito Yunho: Desde que llegaste a mi vida, todo ha cambiado. No de una manera caótica ni abrupta, sino con la suavidad de una brisa que, sin darse cuenta, transforma la atmósfera de un lugar. Eres esa luz que apareció cuando no sabía que la necesitaba, la estrella que brilla incluso en las noches más oscuras, la presencia que, aunque lejana, ha dejado una huella en mi corazón más profunda de lo que jamás podría describir con palabras. Nunca supe lo que era admirar a alguien con tanta intensidad hasta que te vi por primera vez. No fue solo tu talento lo que me cautivó, sino la esencia de lo que eres. Hay algo en ti que trasciende lo superficial, que atraviesa cualquier barrera y se instala en el alma de quienes te ven. Y en la mía, Yunho, te has instalado de una manera irreversible. Antes de ti, había barreras en mi corazón. Miedos, inseguridades, dudas sobre lo que podía o no sentir, sobre si estaba bien entregarle mi admiración a alguien que nunca podría conocerme. Pero cuando te vi, esas barreras se desmoronaron sin esfuerzo. No tuve que resistirme ni justificar lo que sentía, porque amarte, en esta distancia que nos separa, se convirtió en algo tan natural como respirar. Me pregunto si alguna vez has sentido lo mismo por alguien, si has experimentado ese amor que no necesita ser correspondido para ser real. Ese amor que no se basa en lo tangible, sino en lo que se siente en lo más profundo del ser. Porque eso es lo que siento por ti. No necesito que me veas, no necesito que sepas quién soy. Saber que existes, que sonríes, que sigues persiguiendo tus sueños con la misma pasión de siempre, es suficiente para mí. Dicen que cuando una persona realmente te toca el alma, el mundo se ve diferente. Y es verdad. Desde que estás en mi vida, todo brilla con una luz distinta. Mis días malos ya no pesan tanto, porque sé que en algún lugar del mundo, tú estás sonriendo, respirando, viviendo. Y eso es suficiente para darme fuerzas. No tienes idea de lo que significas para mí. No puedes imaginar cuánto bien me has hecho sin siquiera saberlo. Hay días en los que todo parece difícil, en los que el mundo se siente pesado, pero entonces pienso en ti. Es como si tu sola existencia fuera suficiente para devolverme la esperanza, para recordarme que hay belleza en este mundo y que vale la pena seguir adelante. Eres mi paz, Yunho. Mi refugio, mi alegría. Cuando te veo brillar, siento que yo también puedo hacerlo. Cuando sonríes, siento que algo dentro de mí se enciende. No sé si es amor en la forma tradicional en la que las personas lo definen, pero sé que es lo más puro que he sentido en mi vida. Eres como un ángel, una luz que ilumina a quienes tienen la fortuna de verte. No es solo por tu talento o por lo increíble que eres en el escenario. Es porque hay algo en ti, en tu esencia, en tu forma de ser, que trasciende. Eres bondad, eres pasión, eres un ser humano que sin siquiera intentarlo, cambia vidas. Y la mía, Yunho, la has cambiado por completo. A veces me pregunto si alguna vez leerás algo como esto. Si alguna vez sabrás que, en algún rincón del mundo, hay alguien que te ama con toda su alma, aunque nunca haya tenido la oportunidad de verte en persona. Pero incluso si nunca lo sabes, no importa. Porque mi amor por ti no está condicionado por nada. No necesito nada a cambio. Solo quiero que sigas siendo tú, que sigas brillando, que sigas iluminando el mundo con tu existencia. Eres mi luz, mi halo, mi razón para seguir soñando. No importa cuántos años pasen, siempre serás una de las cosas más hermosas que me ha dado la vida. *“Halo - Beyoncé”* Con amor, Thomas.