
LITURGIA DEL DÍA
February 3, 2025 at 07:07 PM
**Homilía sobre la Primera Lectura, el Salmo Responsorial y el Evangelio**
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy, nuestras lecturas nos invitan a reflexionar sobre la fe, la liberación y el poder transformador de Dios en nuestras vidas. En este camino de fe, encontramos ejemplos inspiradores y la promesa de la salvación que nos ofrece nuestro Señor.
Comencemos con la primera lectura de la carta a los Hebreos (11, 32-40). Este pasaje nos presenta una lista de figuras bíblicas que vivieron su fe de manera heroica. Héroes como Gedeón, Barac, Sansón y David son mencionados, y sus historias nos muestran que la fe no es solo un sentimiento, sino una acción que nos lleva a confiar en Dios y a actuar en consecuencia. Estos hombres y mujeres enfrentaron grandes desafíos, pero su confianza en Dios les permitió superar adversidades.
La carta nos recuerda que todos ellos, a pesar de sus logros, no alcanzaron la plenitud de la promesa sin nosotros. Esto nos habla de la comunidad de creyentes, de cómo nuestra fe está entrelazada y cómo todos somos parte del plan de salvación de Dios. Nos invita a reconocer que cada uno de nosotros, en nuestra propia vida, puede ser un héroe de la fe, enfrentando nuestras luchas y confiando en que Dios está con nosotros en cada paso del camino.
El Salmo responsorial (30, 20-24) complementa esta reflexión. En él, se expresa una profunda confianza en el Señor: "Has sido mi refugio, mi baluarte". Este salmo es un canto de alabanza a Dios por su protección y su amor. Nos recuerda que, incluso en momentos de angustia, podemos encontrar consuelo en la certeza de que Dios está a nuestro lado. La imagen de Dios como refugio nos invita a acercarnos a Él en nuestras dificultades, sabiendo que podemos encontrar paz y fortaleza en su presencia.
Finalmente, en el Evangelio de Marcos (5, 1-20), encontramos un relato poderoso sobre la liberación de un hombre poseído por demonios. Este hombre vivía en la desesperación, aislado y atormentado. Sin embargo, su encuentro con Jesús cambia todo. Jesús, con su autoridad divina, expulsa a los demonios y restaura su vida. Este milagro no solo es un acto de compasión, sino una manifestación del poder de Dios para transformar vidas.
Al reflexionar sobre este pasaje, podemos preguntarnos: ¿Cuáles son los demonios que nos atormentan hoy? ¿Qué situaciones en nuestras vidas nos hacen sentir aislados o desesperados? Jesús nos invita a acercarnos a Él, a abrir nuestro corazón y permitirle que nos libere de aquello que nos oprime. Él tiene el poder de sanar nuestras heridas y restaurar nuestra dignidad.
El hombre liberado, al final del relato, se convierte en un testigo del poder de Jesús. Su respuesta es un llamado para nosotros: cada uno de nosotros tiene una historia que contar, una experiencia de fe que puede inspirar a otros a buscar a Cristo. Al igual que él, estamos llamados a compartir las maravillas que Dios ha hecho en nuestras vidas.
Hermanos y hermanas, en este día, se nos invita a fortalecer nuestra fe, a confiar en que, sin importar las circunstancias, Dios está con nosotros. Que podamos ser como los héroes de la fe mencionados en la carta a los Hebreos, perseverando en la confianza y compartiendo el amor de Dios con aquellos que nos rodean.
Pidamos al Señor que nos dé la gracia de ser testigos valientes de su amor y sanación en el mundo. Que, al igual que el hombre liberado, podamos llevar la buena nueva de Cristo a aquellos que aún viven en la oscuridad.
Amén.