*🇨🇴 Perdón, campesinas y campesinos de Colombia.* Perdón por un país que les ha dado la espalda, mientras ustedes le han dado todo: la comida, la tierra trabajada con amor, la esperanza sembrada bajo el sol y la lluvia. Perdón por una historia escrita sin ustedes, a pesar de que son el alma misma de esta patria. Porque mientras otros acumulan riquezas en oficinas y escritorios, ustedes han sostenido este país con sus manos callosas, sus espaldas dobladas y su dignidad intacta. Perdón por los caminos sin pavimentar, por los hospitales que no llegan, por las escuelas sin pupitres, por el abandono estatal, por las promesas que nunca se cumplen y por las leyes que no los protegen. Perdón por los fusiles que han atravesado sus campos, por la guerra que les quitaron los hijos, la tierra, la vida misma. Perdón por un país que criminaliza al que cultiva, pero protege al que explota; que ignora al que siembra maíz, pero premia al que siembra odio. Perdón porque mientras otros celebran sus privilegios, ustedes apenas sobreviven… y aun así no pierden la fe. Hoy, como sociedad, debemos inclinarnos con humildad y decirles: ¡Gracias! Gracias por no rendirse, por resistir, por enseñarnos que el verdadero valor está en el trabajo honesto y en el amor a la tierra. Que este mensaje no sea solo palabras: que sea el comienzo de una deuda que este país tiene que saldar con justicia, con reforma agraria, con dignidad. ¡Perdón, campesinos! Y sobre todo: ¡honor eterno a ustedes, guardianes del territorio y de la vida!