*Nota del dia* Estoy en este momento en este lado del Atlántico y con el frío primaveral del Cantábrico, donde la bella Bilbao ofrece un maravilloso bollo de mantequilla para acompañar con café con leche, como augurio de una buena mitad de semana. A mi me gusta el béisbol. Como a muchos. Pero a veces siento que el gusto por el deporte es algo que debe mantenerse siempre ajeno a las diatribas distintas de la vida cotidiana, pues es el deporte la fórmula que usamos para distraernos de lo rutinario. Pero la politiquería piensa distinto. Por eso tenemos a unos políticos usando el deporte como fuente de sus argumentaciones. Secuestrando el léxico deportivo y en ocasiones hasta el mismo resultado de un torneo entre equipos que nada tiene que ver con el objetivo de un politiquero. A María Corina la tenemos ahora en etapa futbolera. El cinco a cero del equipo Paris Saint Germain le sirvió a la señora para decir que “no hay quinto malo”. Es el anuncio de que se le acabó la etapa del boxeo, esa en que la metió su exégeta jalabolas, el viejo ocioso copeyano “que la conoce desde niña” y que anunció que faltaban varios rounds. Antes de eso fue la etapa del ajedrez, en que la reina protege al rey. Antes de eso fue la etapa de arrimarse al mingo de las bolas criollas. Antes de eso fue el juego de dominó anunciando que mano segura no se tranca. Y aquí estamos ahora. En la etapa del fútbol que no sabemos en qué deporte terminará después. El guacamayato terminó siendo más patético que el interinato. Y vuelvo a repetir: no soy director técnico de fútbol, no me gusta el fútbol, no dirigí a ningún equipo gocho ni dirigiré ningún equipo carabobeño. Se cansa uno… *Daniel Lara Farías* _Enemigo de Todos_