*Estudio fotografía* Fotografía en blanco y negro copia en papel de la época de 140x90 mm La imagen muestra la histórica detención de Eleuterio Sánchez Rodríguez, conocido como El Lute, en junio de 1966. Aparecen en la fotografía, de derecha a izquierda: el guardia civil Manuel Muñoz, identificado por su gorra de conductor; delante de este, el sargento Héctor Fariza González; a la izquierda del detenido, el guardia civil Juan Blanco Casado; a su derecha, el guardia civil Juan Montes; y detrás, de paisano, el guardia civil Victorino Llamas del Rey. La historia de la detención comenzó 12 días antes, durante un traslado penitenciario en tren hacia Madrid. En una recta, El Lute pidió ir al baño y, aprovechando un descuido, saltó en marcha y logró huir. Vagó durante días por la provincia de Palencia y León, donde robó una motocicleta Vespa, y emprendió rumbo hacia Salamanca, su tierra natal, quizá buscando cruzar a Portugal o encontrar ayuda de una hermana que residía allí. Recorrió 160 kilómetros en siete horas y media, circulando sin luz durante la noche para evitar ser detectado. A las 09:30 horas, una patrulla de la Guardia Civil en la carretera Zamora-Salamanca observó cómo una motocicleta realizaba un giro brusco, derrapaba y su conductor huía campo a través. Inmediatamente se activó un dispositivo de búsqueda, coordinado con el Puesto de Calzada de Valdunciel. El rastreo culminó en unas casas abandonadas de la finca Casablanca, a la altura del kilómetro 233, donde El Lute fue localizado. Sin oponer resistencia, se presentó diciendo: “Soy El Lute”, poniendo fin a una de las fugas más sonadas de la España de la época. Nacido en 1942 en Salamanca, en el seno de una familia marginada y desestructurada, El Lute se crio en extrema pobreza. Tras pasar por reformatorios y campos de trabajo, su vida tomó un rumbo criminal que lo llevó a ser uno de los hombres más buscados de su tiempo. Sin embargo, su estancia en prisión marcó un punto de inflexión: se licenció en Derecho, escribió varios libros y comenzó a colaborar en medios de comunicación. Quedó en libertad definitivamente el 20 de junio de 1981 y desde entonces vive como un ciudadano más, apoyando a colectivos desfavorecidos y siendo ejemplo de superación personal y reinserción social. Hoy recordamos no solo el esfuerzo que demuestra el valor, la abnegación y la competencia profesional de los agentes que lograron su detención, y garantizaron el cumplimiento de la ley, sino también el testimonio de que toda vida, por difícil que sea, puede encontrar la senda de la superación. Colección familia Muñoz Escaño.