7 de junio “Todo lo que florece ha confiado primero en sus raíces.” Lo que esta frase me enseña: Antes de abrirse al mundo, toda flor se abrazó a la tierra. Antes de alzarse hacia la luz, extendió sus raíces hacia la oscuridad profunda. No hay verdadera expansión sin un vínculo íntimo con lo interno, lo ancestral, lo invisible. Yo también necesito confiar en mis raíces: En mi historia, en mi cuerpo, en mis valores, en lo que me sostiene cuando el viento llega. Florecer no es un acto de exposición. Es un acto de confianza interior. Puntos clave para integrarla: Honrar mi origen. Lo que soy viene de todo lo que me ha sostenido. Reforzar mi conexión con lo esencial. No puedo crecer hacia afuera si no cuido lo que me sostiene dentro. Reconocer la fuerza en lo invisible. Las raíces no se ven, pero son lo más importante. Florecer desde la confianza, no desde la duda. Confío en que lo profundo ya está haciendo su trabajo. Pautas prácticas para el día: Diario: ¿Cuáles son mis raíces hoy? ¿Qué ideas, personas o prácticas me sostienen? Visualización simbólica: Imagínate como un árbol. Siente cómo tus raíces se extienden seguras, profundas. Luego imagina cómo floreces desde esa base. Gesto de arraigo: Camina descalza unos minutos (si puedes) o simplemente siéntate y conecta con la base de tu cuerpo. Repite: “Estoy sostenida.” Afirmación del día: “Confío en lo que me sostiene, aunque no se vea.” —------------------------ 📝Rocío Castillo Castillo.  Autora, coach y exploradora del alma humana. Guiando el viaje hacia una vida plena y en calma.