*EL CRITERIO DEL DÍA.* 📝🗣️ La sociedad cubana contemporánea enfrenta una fractura profunda, donde la delincuencia y la impunidad han devenido síntomas de un colapso que nadie admite. La crisis económica crónica con apagones de hasta 50 horas, escasez de alimentos y un PIB que se contrae al ritmo de la migración masiva ha erosionado los lazos comunitarios, convirtiendo la supervivencia en un acto de desesperación que alimenta robos, violencia y asesinatos, como los ocurridos en Sancti Spíritus y Ciego de Ávila recientemente. El éxodo de más de un millón y medio de cubanos entre 2022 y 2024, principalmente jóvenes y profesionales, ha dejado tras de sí una población envejecida, enferma y económicamente vulnerable, atrapada en un país donde el Estado prioriza otras cosas sobre la seguridad ciudadana . Quienes no pueden emigrar quedan expuestos a una realidad donde la justicia opera con selectividad: los delincuentes actúan con impunidad ante la desconfianza en una policía que llega tarde o minimiza los crímenes como "problemas personales" . Esta diáspora, la más grande en la historia de Cuba, no solo vacía el país de su fuerza laboral, sino que profundiza el deterioro social. Los que permanecen, muchos en condiciones de pobreza extrema, enfrentan un panorama donde pandillas y semipandillas juveniles armadas con machetes y la corrupción estatal normalizan la violencia . La combinación de miseria, instituciones inoperantes y una justicia que "mira hacia otra parte" no solo alimenta la delincuencia de baja calaña, sino que consolida un círculo vicioso donde la emigración se percibe como única salida, dejando atrás a los más débiles y a quienes, sin recursos ni esperanza, recurren a la ley del más fuerte. Cuba no es víctima meramente de un bloqueo muchas veces exagerado, sino del descontrol, todo esto ha convertido la supervivencia en un acto de resistencia solitaria.