¿Qué significa ser ciego? (Derecho a amar) Ser ciego no es no ver. Es ver distinto. Es percibir el mundo sin imágenes, pero con sentidos más despiertos. Es aprender a leer los latidos, a caminar guiado por sonidos, a interpretar las emociones en el aire. Ser ciego no es una condena ni un castigo. No es ausencia de alma ni de deseo. No es vivir a medias ni amar a medias. Es vivir con intensidad cada gesto, cada palabra, cada silencio compartido. Es buscar en lo profundo lo que otros solo ven en la superficie. Pero todavía hay quienes nos miran con duda, como si necesitáramos permiso para amar. Como si no tuviéramos derecho al deseo, a la intimidad, a la piel compartida. Como si la ceguera nos robara la capacidad de amar y ser amados. El amor no necesita ojos. Necesita presencia, entrega, conexión. Necesita respeto, y también pasión. Amar no es un privilegio que se concede a quienes “ven bien”. Es un derecho humano, profundo, natural. Y ser ciego no nos excluye de él. Sí, tenemos derecho a amar. A formar pareja. A vivir la ternura y también la pasión. A que no nos etiqueten como frágiles o asexuados. A ser deseados sin culpa y sin morbo. A construir afectos verdaderos, con cuerpo, con alma, con todo lo que somos. Ser ciego no nos hace menos capaces de amar. A veces, nos hace más capaces de ver lo esencial. Porque aprendimos a reconocer la verdad sin necesitar ver el rostro. Yo no quiero que me veas. Quiero que me sientas. Y que sepas que en este cuerpo sin imágenes hay un corazón entero que late con fuerza. Juan Carlos Martín Martín ________________________________________ #cartasinfinitas ________________________________________