Dicen que si no te publica, es porque te está escondiendo. Eso es lo que muchos piensan. Pero llevo más de una década con un hombre que no me ha publicado en años. No porque se avergüence de mí. No porque tenga algo que ocultar. Sino porque simplemente… no vive su vida en redes sociales. Me casé con un hombre que no usa redes. En un mundo donde todos documentan absolutamente todo… él no. No tiene un Facebook activo. No se toma selfies. No publica actualizaciones, ni comparte ubicaciones, ni sube fotos de su vida. Para algunas personas, eso sería una bandera roja. Preguntarían: “¿Qué está ocultando?” O: “¿Por qué no quiere presumirte?” Pero la verdad es que nunca me he sentido más vista que en esta vida que no se comparte en una app. Porque su amor no es público… es personal. No está filtrado… se siente. No me publica, pero revisa la presión de mis llantas antes de un viaje largo. Me toma la mano bajo la mesa cuando el mundo se vuelve ruidoso. Me abraza y baila conmigo cuando la vida pesa demasiado. No me publica, pero está presente. Una y otra vez. Sin necesidad de audiencia. No le importan los likes ni las descripciones perfectas, pero le importo yo. Con constancia. Con entrega. No me esconde. Solo está ocupado amándome en la vida real. Ninguna historia de Instagram significa más que la forma en la que me mira desde el otro lado del cuarto. Ninguna foto etiquetada se compara con cómo me abraza cuando me estoy desmoronando. Ningún estado compartido reemplaza la paz que siento en sus brazos. No todo amor es ruidoso. No todos los buenos hombres están en línea. Y no ser publicada no significa que no seas profundamente amada. No eres invisible solo porque tu relación no está en exhibición. No vales menos por no tener “pruebas digitales”. Algunas historias de amor no viven en publicaciones ni en líneas de tiempo. Viven en cocinas, en mañanas silenciosas, en los trayectos de regreso a casa. Se construyen en la vida real, momento a momento, día tras día. Así que no, él no me publica, pero me elige. Me protege. Está para mí. Y prefiero eso antes que cualquier post… todos los días. Porque me casé con un hombre que no usa redes sociales… y en un mundo donde eso se ve como una advertencia, él ha sido el amor más seguro que he conocido. - Créditos a quién corresponda