Misal Diario  ⛪  Oraciones, Reflexiones, Meditaciones
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June 8, 2025 at 12:18 AM
Laudes Domingo, 8 de junio Pentecostés solemnidad Semana IV del salterio Laudes Si es la primera oración del día, se omite la siguiente Invocación y se comienza con el Invitatorio. Si no es la primera oración del día, se dice la Invocación y se continúa con el Himno. Invocación inicial † Se hace la señal de la cruz mientras se dice: ℣. Dios mío, ven en mi auxilio. ℟. Señor, date prisa en socorrerme. ℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. ℟. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Invitatorio † Se hace la señal de la cruz en la boca mientras se dice: ℣. Señor, ábreme los labios. ℟. Y mi boca proclamará tu alabanza. Ant. Aleluya. El Espíritu del Señor llena la tierra, venid, adorémosle. Aleluya. Sal 94 Sal 99 Sal 66 Sal 23 Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Se repite la antífona Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Se repite la antífona Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Se repite la antífona Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras. Se repite la antífona Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: "Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso."» Se repite la antífona Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. Aleluya. El Espíritu del Señor llena la tierra, venid, adorémosle. Aleluya. Himno ¡El mundo brilla de alegría! ¡Se renueva la faz de la tierra! ¡Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo! Ésta es la hora en que rompe el Espíritu el techo de la tierra, y una lengua de fuego innumerable purifica, renueva, enciende, alegra las entrañas del mundo. Ésta es la fuerza que pone en pie a la Iglesia en medio de las plazas y levanta testigos en el pueblo, para hablar con palabras como espadas delante de los jueces. Llama profunda, que escrutas e iluminas el corazón del hombre: restablece la fe con tu noticia, y el amor ponga en vela la esperanza hasta que el Señor vuelva. Salmodia Ant. 1. ¡Oh cuán bueno y cuán suave es, Señor, tu Espíritu que habita en nosotros! Aleluya. Salmo 62, 2-9: El alma sedienta de Dios Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti, porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. ¡Oh cuán bueno y cuán suave es, Señor, tu Espíritu que habita en nosotros! Aleluya. Ant. 2. Manantiales y cuanto se mueve en las aguas, cantad un himno a Dios. Aleluya. Daniel 3, 57-88. 56: Toda la creación alabe al Señor Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid al Señor; cielos, bendecid al Señor. Aguas del espacio, bendecid al Señor; ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor; astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor; vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor; fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor; témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor; noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor; rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor, ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor; cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor; mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor; aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor; bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor; siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor; santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo, ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo, alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. Ant. Manantiales y cuanto se mueve en las aguas, cantad un himno a Dios. Aleluya. Ant. 3. Los apóstoles hablaban en lenguas extranjeras de las maravillas de Dios. Aleluya. Salmo 149: Alegría de los santos Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sion por su Rey. Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos y aplicar el castigo a las naciones, sujetando a los reyes con argollas, a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada es un honor para todos sus fieles. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. Los apóstoles hablaban en lenguas extranjeras de las maravillas de Dios. Aleluya. Lectura Breve Hch 5, 30-32 El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen. Responsorio Breve ℣. Se llenaron todos de Espíritu Santo. Aleluya, aleluya. ℟. Se llenaron todos de Espíritu Santo. Aleluya, aleluya. ℣. Y empezaron a hablar. ℟. Aleluya, aleluya. ℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. ℟. Se llenaron todos de Espíritu Santo. Aleluya, aleluya. Tiempo de meditación Se puede dedicar un tiempo de silencio para meditación individual. Cántico Evangélico Ant. Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados. Aleluya. † Se hace la señal de la cruz mientras se proclama: Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos Profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados. Aleluya. Preces Oremos a Cristo, el Señor, que ha congregado su Iglesia por el Espíritu Santo, y digámosle con fe: Renueva, Señor, la faz de la tierra. - Señor Jesús, que, elevado en la cruz, hiciste que manaran torrentes de agua viva de tu costado, envíanos tu Espíritu Santo, fuente de vida. - Tú que, glorificado por la diestra de Dios, derramaste sobre tus discípulos el Espíritu, envía este mismo Espíritu al mundo para que cree un mundo nuevo. - Tú que por el Espíritu Santo diste a los apóstoles el poder de perdonar los pecados, destruye el pecado en el mundo. - Tú que prometiste darnos el Espíritu Santo para que nos lo enseñara todo y nos fuera recordando todo lo que nos habías dicho, envíanos este Espíritu para que ilumine nuestra fe. - Tú que prometiste enviarnos el Espíritu de la verdad para que diera testimonio de ti, envíanos este Espíritu para que nos haga tus testigos fieles. Pueden añadirse intenciones particulares que concluyen con la respuesta propuesta más arriba Padrenuestro ℣. Movidos ahora todos por el mismo Espíritu que nos da Cristo resucitado, acudamos a Dios, de quien somos verdaderos hijos, diciendo: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Oración ℣. Oh Dios, que por el misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia, extendida por todas las naciones, derrama los dones de tu Espíritu sobre todos los confines de la tierra y no dejes de realizar hoy, en el corazón de tus fieles, aquellas mismas maravillas que obraste en los comienzos de la predicación evangélica. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. ℟. Amén. † Se hace la señal de la cruz mientras se dice: ℣. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. ℟. Amén.

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