#atención || Ecuador se posiciona como el cuarto país con mayor deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con un saldo de USD 8.705,9 millones hasta marzo de 2025, superado solo por Argentina, Egipto y Ucrania. Esta cifra no incluye intereses y seguirá en aumento si el directorio del FMI aprueba la reciente solicitud del Gobierno ecuatoriano para ampliar el crédito vigente de USD 4.000 millones a USD 5.000 millones, presentada el 11 de junio de 2025. El país ya ha recibido USD 1.500 millones de este programa, y está en proceso un tercer desembolso por USD 410 millones, tras haber superado la revisión de metas entre mayo y junio de este año. La necesidad de financiamiento responde a varios factores estructurales y coyunturales. Entre ellos destacan la caída de los precios del petróleo, una menor recaudación tributaria por la expiración de medidas fiscales temporales y el aumento del gasto público en bonos y subsidios sociales durante el primer trimestre de 2025. Además, no se concretó la concesión del campo petrolero Sacha, lo que agravó la presión sobre el Presupuesto General del Estado. En este contexto, la exgerente del Banco Central, Verónica Artola, calificó como positiva la solicitud de recursos adicionales al FMI, dado el déficit de financiamiento que afronta el gobierno de Daniel Noboa. El acuerdo vigente con el FMI, conocido como Servicio Ampliado del Fondo (SAF), se extiende hasta 2028 y compromete al país a implementar reformas estructurales. Según el FMI, Ecuador ha cumplido con las metas cuantitativas del programa, y se prevén nuevas medidas enfocadas en sostenibilidad fiscal, reducción de subsidios, reforma laboral y cambios en el sistema de seguridad social. Estas condiciones buscan que Ecuador recupere el acceso a financiamiento por vías alternativas al FMI, como los mercados internacionales de bonos. Actualmente, el principal acreedor del país es el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), aunque si se aprueba la ampliación del crédito, el FMI podría pasar a ocupar ese lugar.