EL GENERAL SANDINO... No nació para sí, nació con la brújula del trueno y la semilla en los puños. Su voz era un disparo en el viento, su sombra, la estatura de un volcán. Los amaneceres en Las Segovias destellaban de colores al vaivén de los machetes y en cada surco abierto una promesa ardía, la de proteger siempre la tierra, sin ponerse de rodillas... El General era hijo del maíz rebelde, sencillo, campechano y valiente. No pidió gloria, ni estatuas, sólo justicia en los ojos del pueblo y pan en la mesa de los descalzos. Amó como se ama lo imposible, con todas las arterias abiertas, con la sangre haciendo pacto en cada montaña tomada por los sueños... Nicaragua fue su amante absoluta, la única que no traiciona. A ella le dió su aliento, su carne, su cansancio, sus noches en vela, sus Proclamas y Manifiestos, sus cartas de despedida y el último suspiro en la emboscada asesina que ordenaron los yanquis, el enemigo de todos los tiempos. Pero el pueblo nicaragüense nunca olvidó su entrega sin tregua ni medida y lo reconoce eterno, General de Hombres y Mujeres libres, centinela de la dignidad sin fronteras... Creyeron que asesinándole el pueblo lo olvidaría, más no sabían que un hombre como él no se entierra, se siembra. Y acá estamos, en cada niño que estudia en una Patria mejor, en cada bandera alzada, en cada jornalero que mira el fruto de su tierra florecer, en toda mujer que hoy tiene voz e identidad y que la defiende, como defenderemos la soberanía nacional con dignidad y fusil... General Sandino, vos fuiste el camino, la senda abierta por la cual muchos dieron postreros pasos. Amor primero, amor último de esta tierra insurrecta que te venera, porque tu nombre no cabe en los libros, pero se extiende en los caminos, por donde transitamos en pos de tu ejemplo inmortal... *Silvia Elena Maya Vega* *En el 130 aniversario del natalicio del General Augusto C. Sandino, el 18 de mayo 2025.*