Camino Católico
Camino Católico
June 16, 2025 at 07:14 AM
🔴 ¡Buenos días! Cada 16 de junio la Iglesia celebra a San Quirico y Santa Julita, madre e hijo que dieron su vida por la fe cristiana. De buena posición económica, eran cristianos de la región de Licaonia (al sur de la Capadocia, en la actual Turquía). En el año 303, con el emperador Diocleciano, se desató la persecución más sangrienta de la historia del Imperio Romano. Julita decidió renunciar a sus posesiones y buscar un lugar más seguro para los dos. Emigraron al sur, concretamente a Tarso, ciudad situada junto al Mediterráneo. En Tarso, madre e hijo fueron descubiertos y detenidos por el gobernador Domiciano. Felices por llegar al cielo Primero martirizaron a Julita atándola a una estaca y dándole azotes. Quirico, mientras, era sujetado por el gobernador, pero comenzó a darle patadas y rasguños. Al ver lo que hacían a su madre, manifestó su fe sabiendo que también iba a morir por ello. El gobernador lo tiró al suelo con tal fuerza que le rompió el cráneo y el pequeño falleció en el acto. Julita, en ese momento, dijo que se sentía feliz de ver que su hijo había llegado al cielo antes que ella. Siguió su martirio hasta que la mataron. El reconocimiento de los cristianos Los cadáveres de santa Julita y san Quirico fueron arrojados a una fosa común, pero unos cristianos los recogieron y les dieron sepultura. Sus reliquias se conservaron en Antioquía y su devoción se extendió por Oriente. A finales del siglo IV o comienzos del V, el obispo Amador de Auxerre trasladó sus reliquias de Antioquía a Marsella (Francia). Los depositó en la iglesia de san Víctor. Pronto creció la devoción a estos santos también en Europa occidental. La Iglesia católica celebra su fiesta el 16 de junio. Santos patronos San Quirico y santa Julita son venerados como abogados de los pobres, de los aserradores y de los niños. Oración “¡Oh santos mártires Quirico y Julita! Ya no os acordáis, según la palabra del Señor, de los padecimientos pasados. El sacrificio de madre e hijo, comenzando en una confesión dolorosa, es hoy un sacrificio de alegría y alabanza. Porque vuestro sacrificio común se continúa en el cielo: es la base de las relaciones tan poderosas y tan dulces en las cuales Dios se complace; es la fuente de bendiciones que el Señor gusta derramar por vuestra intercesión sobre la tierra. Haced que cuanto antes amanezca el día del retorno a la verdadera luz en el Oriente, que os dio la vida y que regasteis con vuestra sangre preciosa. Bendecid a Occidente, en el cual tantas iglesias celebran hoy vuestra fiesta.Conserva la fe de las madres, oh Julita; eleva su cristianismo a la altura de las enseñanzas contenidas en tus gloriosos combates. Ante la tiranía que se apodera de la educación para perder el alma de los pobres niños, deben imitar todos a san Quirico. (...) Con tu madre, desarrolla más y más en los hijos de la Iglesia, este sentimiento de la santa libertad que les fue otorgada en el bautismo: ella es quien, sumisa a todos los poderes que vienen de Dios, triunfó [por encima] de los Césares. De su noble independencia ante los abusos que la autoridad comete, depende aún hoy la salvación de la sociedad.”

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