Vaini te avisa
Vaini te avisa
June 17, 2025 at 01:38 AM
El televisor estaba encendido en la sala desde hacía un buen rato, repitiendo una y otra vez imágenes en bucle que Jeno apenas registraba. Se había hecho un café hace unos minutos pero ya se le había enfriado, y el libro que había intentado leer descansaba abierto, boca abajo, sobre el brazo del sillón. Tenía los párpados pesados, los hombros doloridos después de una semana agotadora en la oficina, y el sonido de fondo de las noticias nacionales se mezclaba con el zumbido del ventilador del techo. —...las autoridades encontraron una docena de jaulas ocultas detrás del área principal del laboratorio, donde— —fue necesaria la intervención de varios expertos en especies no clasificadas— —se desconoce aún si los experimentos realizados sobre los animales están contemplados dentro de la normativa legal vigente— Jeno no estaba prestando atención. Solo había levantado la mirada al oír algo sobre un laboratorio y animales exóticos, pero enseguida la volvió a bajar para responder un mensaje en su celular. La imagen de una jaula metálica se disolvió en pantalla, reemplazada por la de una periodista frente a un camión cerrado, y luego una voz mucho más amable interrumpió la transmisión alarmante: —Afortunadamente, los animales fueron trasladados y están siendo examinados. Algunos, ya aptos para el contacto humano, están disponibles para adopción. Si querés ser parte del cambio, comunicate al número que aparece en pantalla. Ahí sí prestó atención. Jeno ladeó la cabeza, como si el mensaje le hubiera caído en la cabeza de pronto. Apoyó el celular sobre su muslo y, sin pensar demasiado, alcanzó el control remoto para subir un poco el volumen. El número apareció en letras grandes abajo, y una secuencia de imágenes mostró brevemente algunos animales tras barrotes. Uno en particular lo hizo sonreír: un gatito de ojos muy grandes, sentado en una caja de cartón con una manta amarilla. Era blanco con una manchita negra justo en la frente. No lo pensó dos veces. Anotó el número en una nota rápida del celular y escribió: _Hola, vi lo de los animalitos en adopción. Me interesaría adoptar un gatito si todavía hay disponibles._ Ni siquiera esperó la respuesta. Se sintió extrañamente satisfecho consigo mismo, como si hubiera hecho la buena acción del mes. Y con eso, dejó el celular a un lado, se quitó la remera, acomodó el almohadón detrás de la cabeza y cerró los ojos para dormir una siesta. “Estoy haciendo lo correcto”, pensó, mientras el sueño lo envolvía. “Ese gatito debe haberla pasado mal. Merece un hogar...” Lo que no sabía —porque había estado muy ocupado ignorando las partes más importantes de la noticia— era que aquel laboratorio había sido clausurado no solo por tráfico ilegal de especies exóticas, sino también por manipulación genética no autorizada. Tampoco sabía que, entre los animales rescatados, no todos eran exactamente... animales. Ni que, esa misma noche, tocarían su timbre para entregarle una criatura que cambiaría por completo su vida.
❤️ 13

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