Desde el año 2020, el programa Devolución del IVA venía beneficiando a cerca de 2 millones de familias colombianas, entregando un subsidio bimestral en seis ciclos al año. Sin embargo, para este 2025, Prosperidad Social ha reducido drásticamente la cobertura a solo 700 mil hogares, dejando por fuera a 1.3 millones de familias que anteriormente contaban con esta ayuda económica. A esta situación se suma la suspensión del programa Colombia Sin Hambre, una línea de apoyo implementada dentro de Renta Ciudadana que durante el 2024 entregó transferencias a hogares en pobreza con niños en el sistema educativo. Para este nuevo año, no se contempla ninguna entrega bajo esta modalidad, lo que deja a muchas familias desprotegidas. Además, el componente “Fortalecimiento de capacidades” dirigido al Grupo B del Sisbén IV, que prometía apoyar a hogares en pobreza moderada con incentivos económicos para el desarrollo personal y laboral, nunca llegó a ejecutarse con transferencias reales, generando mayor frustración entre quienes esperaban algún tipo de ayuda. Estos cambios han generado profunda decepción en miles de hogares que ven cómo cada año se reduce el respaldo estatal, pese a la persistente crisis económica que enfrenta el país. Si bien es cierto que los subsidios no erradican la pobreza estructural, para muchas familias representan una herramienta vital para cubrir necesidades básicas como alimentación, transporte o educación. Desde distintas regiones del país, se alzan voces de inconformidad. Muchos señalan que, aunque el Gobierno Nacional ha insistido en entregar proyectos productivos a algunas familias, esta medida no es suficiente ni equitativa, ya que beneficia a un número limitado de personas, dejando a la mayoría sin alternativas reales de superación. 🔎¿Cree usted que estas decisiones son acertadas? 🔎¿Considera que el retiro progresivo de estos subsidios beneficia realmente al país? #wintorabc #rentaciudadana #prosperidadsocial