𝐋𝐀 𝐂𝐎𝐑𝐎𝐍𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐄𝐍 𝐄𝐋 𝐑𝐄𝐂𝐔𝐄𝐑𝐃𝐎: 𝐋𝐀 𝐕𝐈𝐑𝐆𝐄𝐍 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐒𝐎𝐋𝐄𝐃𝐀𝐃 𝐀𝐂𝐎𝐌𝐏𝐀𝐍̃𝐎́ 𝐀 𝐒𝐔 𝐃𝐈𝐕𝐈𝐍𝐀 𝐌𝐀𝐉𝐄𝐒𝐓𝐀𝐃. Hoy se cumple un año de un día histórico: por primera vez en cinco siglos, la Virgen Bendita de la Soledad figuró en la Solemne Procesión Eucarística de Tercia con motivo de la Solemnidad del Corpus Christi organizada por la Archicofradía Sacramental, una de las celebraciones religiosas más arraigadas y señeras en el calendario festivo y en la memoria sentimental de Cantillana. Fue una mañana radiante, con las calles del casco antiguo acicaladas para el acontecimiento y con todo un pueblo fervorosamente entregado a una conjunción inédita de devociones: Jesús Sacramentado y la Augusta Patrona de la villa. La Virgen participó en el cortejo entronizada en un paso de estética letífica, elevada airosamente sobre la soberbia peana dieciochesca donde es venerada en su Camarín, vistiendo el manto de Juan Manuel y con la corona de la Coronación sobre su frente inmaculada. Al paso de la Virgen se respiraba un recogimiento estremecedor, acrecentado por el silencio que suscitaba su presencia y los evocadores cantos de la escolanía que antecedía a Nuestra Señora. La estampa resultó inolvidable. En la tarde de ese domingo tan señalado, se realizó la procesión de traslación de la Virgen Santísima hasta su Santuario. Procesionó en el mismo paso con que lo hizo por la mañana y recorrió calles y barrios por donde nunca había discurrido, como El Chito, las Veredas o los aledaños de la Plaza de Sevilla. Siempre estuvo rodeada de un animoso ambiente festivo de devoción popular, en el que era más que palpable la enorme satisfacción por el gozo inusitado vivido durante las Fiestas Marianas de la Coronación canónica, que culminaron precisamente esa noche cuando la Virgen, tras una semana de ausencia, regresó a su casa entre el estruendo incesante de la pirotecnia que, a modo de emocionado recibimiento, la saludaba conforme subía la Calzá. https://www.facebook.com/share/p/1GxFNHTxxw/