Misal Diario  ⛪  Oraciones, Reflexiones, Meditaciones
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June 18, 2025 at 11:59 PM
Laudes Jueves, 19 de junio 11ª semana del T. Ordinario feria Semana III del salterio Laudes Si es la primera oración del día, se omite la siguiente Invocación y se comienza con el Invitatorio. Si no es la primera oración del día, se dice la Invocación y se continúa con el Himno. Invocación inicial † Se hace la señal de la cruz mientras se dice: ℣. Dios mío, ven en mi auxilio. ℟. Señor, date prisa en socorrerme. ℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. ℟. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Invitatorio † Se hace la señal de la cruz en la boca mientras se dice: ℣. Señor, ábreme los labios. ℟. Y mi boca proclamará tu alabanza. Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios. Sal 94 Sal 99 Sal 66 Sal 23 Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Se repite la antífona Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Se repite la antífona Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Se repite la antífona Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras. Se repite la antífona Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: "Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso."» Se repite la antífona Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios. Himno Autor del cielo y el suelo, que, por dejarlas más claras, las grandes aguas separas, pones un límite al hielo. Tú que das cauce al riachuelo y alzas la nube a la altura, tú que en cristal de frescura sueltas las aguas del río sobre las tierras de estío, sanando su quemadura, danos tu gracia, piadoso, para que el viejo pecado no lleve al hombre engañado a sucumbir a su acoso. Hazle en la fe luminoso, alegre en la austeridad, y hágale tu claridad salir de sus vanidades; dale, Verdad de verdades, el amor a tu verdad. Amén. Salmodia Ant. 1. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios! Salmo 86: Himno a Jerusalén, madre de todos los pueblos Él la ha cimentado sobre el monte santo; y el Señor prefiere las puertas de Sion a todas las moradas de Jacob. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios! «Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles; filisteos, tirios y etíopes han nacido allí.» Se dirá de Sion: «Uno por uno todos han nacido en ella; el Altísimo en persona la ha fundado.» El Señor escribirá en el registro de los pueblos: «Este ha nacido allí.» Y cantarán mientras danzan: «Todas mis fuentes están en ti.» Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios! Ant. 2. El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede. Isaías 40, 10-17: El buen pastor es el Dios altísimo y sapientísimo Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Mirad, viene con él su salario, y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres. ¿Quién ha medido a puñados el mar o mensurado a palmos el cielo, o a cuartillos el polvo de la tierra? ¿Quién ha pesado en la balanza los montes y en la báscula las colinas? ¿Quién ha medido el aliento del Señor? ¿Quién le ha sugerido su proyecto? ¿Con quién se aconsejó para entenderlo, para que le enseñara el camino exacto, para que le enseñara el saber y le sugiriese el método inteligente? Mirad, las naciones son gotas de un cubo y valen lo que el polvillo de balanza. Mirad, las islas pesan lo que un grano, el Líbano no basta para leña, sus fieras no bastan para el holocausto. En su presencia, las naciones todas como si no existieran, valen para él nada y vacío. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede. Ant. 3. Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus pies. Salmo 98: Santo es el Señor, nuestro Dios El Señor reina, tiemblen las naciones; sentado sobre querubines, vacile la tierra. El Señor es grande en Sion, encumbrado sobre todos los pueblos. Reconozcan tu nombre, grande y terrible: Él es santo. Reinas con poder y amas la justicia, tú has establecido la rectitud; tú administras la justicia y el derecho, tú actúas en Jacob. Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus pies: Él es santo. Moisés y Aarón con sus sacerdotes, Samuel con los que invocan su nombre, invocaban al Señor, y él respondía. Dios les hablaba desde la columna de nube; oyeron sus mandatos y la ley que les dio. Señor, Dios nuestro, tú les respondías, tú eras para ellos un Dios de perdón, y un Dios vengador de sus maldades. Ensalzad al Señor, Dios nuestro; postraos ante su monte santo: Santo es el Señor, nuestro Dios. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus pies. Lectura Breve 1 P 4, 10-11 Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás, como buenos administradores de la múltiple gracia de Dios. El que toma la palabra, que hable palabra de Dios. El que se dedica al servicio que lo haga en virtud del encargo recibido de Dios. Así, Dios será glorificado en todo, por medio de Jesucristo. Responsorio Breve ℣. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor. ℟. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor. ℣. Guardaré tus leyes. ℟. Respóndeme, Señor. ℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. ℟. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor. Tiempo de meditación Se puede dedicar un tiempo de silencio para meditación individual. Cántico Evangélico Ant. Sirvamos al Señor con santidad, y nos librará de nuestros enemigos. † Se hace la señal de la cruz mientras se proclama: Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos Profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. Sirvamos al Señor con santidad, y nos librará de nuestros enemigos. Preces Demos gracias al Señor, que dirige y guía con amor a su pueblo, y digámosle: Gloria a ti, Señor, por los siglos. - Padre clementísimo, te alabamos por tu amor, porque de manera admirable nos creaste, y más admirablemente aún nos redimiste. - Al comenzar este nuevo día, pon en nuestros corazones el anhelo de servirte, para que te glorifiquemos en todos nuestros pensamientos y acciones. - Purifica nuestros corazones de todo mal deseo, y haz que estemos siempre atentos a tu voluntad. - Danos un corazón abierto a las necesidades de nuestros hermanos, para que a nadie falte la ayuda de nuestro amor. Pueden añadirse intenciones particulares que concluyen con la respuesta propuesta más arriba Padrenuestro ℣. Acudamos ahora a nuestro Padre celestial, diciendo: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Oración ℣. Dios todopoderoso y eterno: a los pueblos que viven en tiniebla y en sombra de muerte, ilumínalos con tu luz, ya que con ella nos ha visitado el Sol que nace de lo alto, Jesucristo, nuestro Señor. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. ℟. Amén. † Se hace la señal de la cruz mientras se dice: ℣. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. ℟. Amén.

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