Donde se encontraron por vez primera Hernán Cortés y Moctezuma —aquel encuentro cargado de destino entre el conquistador y el emperador mexica—, se levantó apenas unos años después, en 1524, el primer hospital del continente americano: el Hospital de la Concepción de Jesús Nazareno. Fundado por iniciativa del propio Cortés, este recinto no fue solo un acto de caridad cristiana, sino también un símbolo del nuevo orden que emergía tras la conquista. Ubicado en el corazón del actual centro histórico de Ciudad de México, el hospital sigue en pie tras cinco siglos de historia, resistiendo terremotos, guerras y revoluciones. Su fachada, sus patios interiores y su vocación asistencial lo convierten en una joya arquitectónica y humana que resume, en piedra y servicio, la compleja herencia del mestizaje. Hoy, quinientos años después, sigue siendo testigo vivo del pasado que marcó a toda América.