¿Has escuchado eso de: “Si es para ti, ni aunque te quites. Y si no es para ti, ni aunque te pongas”? Pues quédate, que esto va para ti. Hay cosas en la vida que simplemente se dan solas. Sin forzar, sin perseguir, sin desgastarte. Y hay otras que, por más que lo intentes, por más que te empeñes, simplemente no fluyen. A veces creemos que todo depende de esforzarnos más, de hacer más, de ser más. Pero no, no siempre es así… Porque cuando algo es para ti, la vida te lo acomoda, te lo trae, te lo muestra. Casi sin darte cuenta. Y cuando no… todo se complica, se retrasa, te agota, te rompe. Y lo sabes. Tu corazón lo sabe. No se trata de rendirse fácil, sino de saber cuándo soltar. Porque lo que es tuyo… no necesita gritar tanto. Confía. A veces perder algo es simplemente hacer espacio para lo que sí estaba destinado para ti. Así que no te pongas donde no te quieren, ni te quites de donde sí. Escúchate. Respétate. Lo que es para ti, te encuentra. Aunque te escondas, aunque dudes, aunque te vayas un rato. Y lo que no… que se vaya en paz.