El Dr. Philip Stander cambiándole la batería del radio collar a uno de los leones del desierto de Costa Esqueletos, Namibia, en el proyecto Desertlion. Narcotizado para el proceso, por este sistema los biólogos podrán conocer sus movimientos para evitar problemas tanto para los leones como para los humanos. Hace unos días, uno de estos leones mató y devoró a un investigador experto, el conservacionista Bernd Kebbel de 59 años, que tuvo la mala idea de salir de su vehículo-tienda por la noche para hacer sus necesidades. La leona se llamaba Charlie, y atacó a otro grupo al día siguiente que no obedeció las instrucciones de no acampar allí que les dio el guarda. Cuando un león prueba la carne humana aprende que somos presa y regresa, hay que sacrificarlo. Pero esa segunda noche, Charlie trató de entrar en la tienda de Nadien Du Plooy, empleada de banca, y su marido Gert, que pateando con fuerza e interponiendo una colchoneta entre ellos y la leona, consiguieron apartarla. Un aullido.